Por Debanhi Soto
El 13 de agosto de 2025 se publicaron las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre el estatus de la pobreza multidimensional en el país.
Esta es la primera vez que el INEGI asume la responsabilidad de medir la pobreza después de la desaparición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), organismo autónomo que establecía los lineamientos y criterios para la definición de la pobreza y que desapareció después de la Reforma Constitucional de noviembre de 2024.
De manera general, el INEGI reconoció en agosto de 2025 que en México viven en pobreza multidimensional 38.5 millones de personas y 7 millones están en pobreza extrema. Estas cifras reflejan una disminución del 17.74% y del 23.08% respectivamente al compararlas con las de un periodo anterior (2022).
Sin embargo, en redes sociales hubo confusión y desinformación sobre los indicadores del estudio ya que, si bien la población en situación de pobreza se redujo, hubo aumentos en la cantidad de personas vulnerables por carencias sociales.
En Verificado, te explicamos la metodología que está siguiendo el INEGI para medir la pobreza multidimensional.
El bienestar económico y las líneas de pobreza por ingresos
En un apartado técnico, el INEGI explica que en su escala la pobreza se mide usando dos variables: el bienestar económico y los derechos sociales. Para que una persona sea considerada en situación de pobreza debe tener un ingreso menor a la Línea de Pobreza por Ingresos (LPI) y carencia de al menos un derecho social.
La Línea de Pobreza por Ingresos es el equivalente al valor monetario total de la canasta alimentaria más la canasta básica no alimentaria por persona al mes. Mientras que la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI) es el valor monetario exclusivamente de la canasta alimentaria per cápita (por persona).
La canasta alimentaria es el conjunto de alimentos básicos que necesita una persona para tener una nutrición adecuada como por ejemplo: maíz, frijol, arroz, huevo, verduras, entre otros productos de alimentación.
La canasta básica no alimentaria, se trata de la suma de bienes y servicios necesarios para que una persona pueda vivir dignamente. Por ejemplo, dentro de los productos que son parte de la canasta básica no alimentaria están la vestimenta, los gastos en transporte, los servicios educativos o la vivienda.
Considerando las variaciones en los precios entre el ámbito urbano y rural, el CONEVAL y el INEGI distinguen dos líneas de pobreza por ingresos y dos líneas de pobreza extrema por ingresos dependiendo del contexto.
Con corte a marzo de 2025 (último periodo disponible) la LPI era de 4 mil 680.15 pesos por persona en contexto urbano y de 3 mil 350.38 pesos por persona en ambiente rural.
En cuanto a la LPEI, en marzo de 2025 fue de 2 mil 379.47 pesos por persona en un ambiente urbano y de mil 797.48 en el contexto rural.
La vulnerabilidad y pobreza por carencia de derechos sociales
Asimismo, el INEGI explica que la pobreza se asocia con la imposibilidad de ejercer los derechos sociales por lo que reconoce seis indicadores que delimitan la medición de la vulnerabilidad social.
Los indicadores de derechos sociales que el INEGI usa son el rezago educativo, el acceso a los servicios de salud, el acceso a la seguridad social, la calidad y el espacio de la vivienda, el acceso a los servicios básicos de la vivienda y el acceso a una alimentación nutritiva y de calidad.
Cada derecho social tiene sus propias medidas que delimitan si una persona vive o no en situación de vulnerabilidad.
Por ejemplo, se considera que una persona está en condición de rezago educativo si tiene entre 3 y 21 años y no asiste a un centro de educación formal, o si tiene más de 22 años y no completó la educación media superior, o si nació entre 1982 y 1997 y no terminó la escuela secundaria o si nació antes de 1982 y no finalizó sus estudios de primaria.
En cuanto al derecho a la vivienda de calidad se considera carente cuando: el espacio tiene pisos de tierra, tiene techos o muros hechos de material endeble (es decir que puede destruirse fácilmente) o si se vive en condiciones de hacinamiento.
También, hay carencias si en la vivienda no se cuenta con servicio de agua corriente o drenaje, no hay energía eléctrica y se usan estufas de leña y carbón o chimeneas para cocinar o calentar alimentos.
Una persona tiene carencia a los servicios de salud si no está afiliado a una institución que preste servicios de salud como el IMSS; ISSTE, IMSS-Bienestar o un seguro de gastos médicos.
La carencia por acceso a la seguridad social se manifiesta si hay población ocupada o no ocupada sin acceso directo a la seguridad social, algo que puede suceder si las personas trabajan en la informalidad sin prestaciones básicas de ley.
Y finalmente, una persona no tiene una alimentación de calidad, si vive en condiciones de inseguridad alimentaria, es decir que no puede acceder a suficientes alimentos para llevar una vida sana y que se debe reajustar la cantidad o calidad de sus alimentos para poder comer.
Diferencia entre vulnerabilidad y pobreza
Según los indicadores de pobreza multidimensional, para que una persona se considere en situación de pobreza debe tener un ingreso menor al valor de la canasta básica alimentaria y no alimentaria y padecer de al menos una carencia social.
Si la persona tiene una entrada económica superior a la LPI pero vive con una carencia social, se considera que está en situación de “vulnerabilidad por carencia social”.
De igual manera si una persona cuenta con todos sus derechos sociales pero percibe un capital menor a la LPI se considera que es una persona “vulnerable por ingreso”.
En cuanto a la pobreza extrema, el INEGI señala que la persona debe percibir un ingreso menor a la LPEI y tener al menos tres carencias sociales. Si su ingreso no alcanza para cubrir una canasta básica alimentaria pero tiene acceso a más de tres derechos sociales, está en una condición de pobreza moderada.
Aquella población cuyas entradas económicas sean mayores a la LPI y gocen todos sus derechos sociales satisfechos se consideran “no pobres y no vulnerables”.
En 2024, el 24.2% de las y los mexicanos vivían en pobreza moderada y el 5.3% estaban en pobreza moderada.
Asimismo el 32.2% reportaron tener al menos una carencia social, el 5.8% de la población está en estatus de vulnerabilidad por ingresos y sólo el 32.5% de la ciudadanía es “no pobre y no vulnerable”.
Links | Fuentes