- Las desinformaciones sobre piojos, resfriados, heridas y fiebre infantil se repiten con cada inicio de curso. Médicos y especialistas aclaran qué es cierto y qué no en estas situaciones cotidianas
Especial
El regreso a clases suele coincidir con la aparición de dudas y desinformaciones sobre temas de salud que afectan a los niños y niñas. Entre ellos destacan los piojos, los resfriados, los primeros auxilios y la relación entre la fiebre y el crecimiento infantil.
Profesionales sanitarios consultados por Maldita.es —medio español especializado en fact checking e integrante de LATAM Chequea— explican qué prácticas son útiles y cuáles no para afrontar estas situaciones comunes.
Lo que debes saber sobre los piojos
Los piojos son un clásico del inicio de clases. Al pasar más tiempo en espacios cerrados, aumenta el riesgo de infestación.
El piojo es un insecto (su nombre científico es ftiráptero) que forma parte de los llamados ectoparásitos, es decir, que se adhiere a otro ser vivo y vive a expensas de él, en este caso de los seres humanos.
Hay otras especies de ftirápteros y cada una está altamente especializada para vivir de su huésped en concreto. Por eso las personas no podemos «contagiarnos» de piojos a partir de otros animales.
Tienen el tamaño de un ajonjolí y sus huevos, llamados liendres, son aun más pequeñas y pueden parecer a simple vista una escama de caspa o similar. Se alimentan de la sangre que chupan tras morder la piel de la cabeza. No trasmiten enfermedades, pero sí pueden causar molestias y picores.
Es importante precisar que estos insectos no saltan ni vuelan, y no prefieren más las cabezas limpias o sucias. Según la evidencia científica, los productos a base de aceite del árbol del té no eliminan los piojos, mientras que el vinagre ayuda a despegar las liendres, pero no es suficiente para acabar con ellos.
Ahora que sabemos lo que es un piojo y lo que no, aquí va un repaso del arsenal necesario, y apoyado en evidencias, para acabar con una invasión piojil.
- Un peliculicida o matapiojos: es el producto que se encarga de matar los piojos que ya están en la cabeza. En el documento de la Sociedad Canadiense de Pediatría se recomiendan aquellos productos que contengan permetrina, un veneno que paraliza el sistema nervioso del piojo, o a base de siliconas, que recubren al piojo asfixiándolo. Una vez aplicado, es conveniente repetir la aplicación entre 7 y 10 días después, que es el tiempo que tardan en eclosionar las liendres. Puedes leer más en este post del blog Boticaria García.
- Un repelente de piojos: de nada sirve eliminar piojos y liendres si a la mañana siguiente los niños y niñas vuelven a la escuela sin protección. Ahí es donde entra en juego el repelente, que mantendrá a los bichos lejos de la cabeza. Recuerda lo que decíamos antes: evita el aceite del árbol de te, opta por un repelente cuya eficacia haya sido científicamente demostrada.
- Una «liendrera»: es un peine de púas metálicas muy juntas que ayuda a despegar y arrastrar los piojos y sobre todo las liendres para quitarlos del cuero cabelludo.
- Paciencia: mucha, mucha paciencia. Una vez aplicados los productos adecuados, la otra parte de la estrategia antipiojos consiste en ir escudriñando la cabeza, sección a sección, para asegurarse de que no quedan piojos ni liendres que puedan reactivar la infección poco después, y repetir el proceso varias veces en los días siguientes. Esto es especialmente laborioso en las infancias de pelo largo.
Sobre las enfermedades respiratorias y accidentes
En cuanto a los mocos, resfriados y gripes también proliferan en esta época.
Es común llamarlo resfriado en sus primeras etapas y gripe si la cosa evoluciona y se agrava. Pero resfriado y gripe son enfermedades diferentes causados por virus distintos y que de hecho suelen presentar síntomas un poco diferentes.
En ambos casos son comunes la tos y el dolor de garganta. Cuando aparece fiebre, especialmente si es alta, cuando hay dolor de cabeza, cansancio y dolor muscular generalizado, entonces lo más probable es que estemos ante una gripe.
Otra enfermedad que se puede confundir, al menos en parte, son los procesos alérgicos, en los que hay moqueo, congestión, estornudos, toses, lagrimeo y picor de ojos, nariz y garganta, igual que en los resfriados.
La diferencia es que aquí no suele haber fiebre o dolores, y que la causa de la dolencia es distinta: la alergia es una reacción exagerada del sistema inmune ante un elemento externo que considera peligroso, aunque no lo sea.
Gripe y los resfriados son enfermedades víricas que no se producen por “enfriarse” aunque hay una relación entre las épocas de frío y estas enfermedades.
Hay distintos motivos. Por un lado, que cuando hace frío pasamos más tiempo en interiores, compartiendo microbios con los demás y favoreciendo contagios de unos a otros.
Además, ventilamos peor precisamente porque fuera hace frío. Esto provoca que cuando un familiar, compañero de salón se infecta, las personas a su alrededor lo hagan también.
Por otro, los ambientes húmedos reducen los contagios, pero la calefacción reseca el aire y con ello nuestras mucosas, que lo tienen más difícil para mantener a raya a los virus que sí son los que nos infectan.
Recuerda, estas son enfermedades provocadas por virus, por lo que los antibióticos no sirven para tratarlas.
Se puede pedir al farmacéutico/a algún medicamento antigripal. La mayoría de los antigripales contiene una mezcla de antipirético para la fiebre, analgésico para el dolor, antihistamínico para el moqueo y los estornudos y descongestionante contra los mocos. Algunos contienen además un antitusivo, que ayuda a mitigar los ataques de tos, y cafeína para compensar el efecto aletargante de los antihistamínicos.
Aquí hay una explicación más detallada de qué tiene cada antigripal que se puede comprar, que nos comparte la farmacéutica Marián García.
Ninguno de esos compuestos luchará contra la infección vírica, pero atenuará sus síntomas y ayudarán a descansar y sentirse mejor. Algunos de estos componentes pueden ser poco aconsejables para hipertensos o embarazadas entre otros, así que siempre se debe consultar con un médico/a o farmacéutico/a.
Los pequeños accidentes también son frecuentes en el entorno escolar. Golpes, cortes o hemorragias nasales deben atenderse siguiendo pautas médicas.
Sobre las heridas, es importante saber que el agua oxigenada, aunque es un buen desinfectante, puede retrasar la cicatrización. Especialistas recomiendan limpiar las heridas con soluciones adecuadas y vigilar su evolución, recurriendo a profesionales en caso de complicaciones.
Otra duda habitual es si la fiebre hace crecer a los niños y niñas. Gonzalo Oñoro, pediatra y autor del blog Dos pediatras en casa, explica a Maldita.es.
“Es una percepción individual y no se produce cada vez que tienen fiebre, pero detrás de esta apreciación hay algo de verdad”. La hormona del crecimiento se segrega sobre todo durante el sueño, que suele aumentar en procesos febriles. Esto puede derivar en un “estirón” en algunos casos.
Estos temas generan inquietud en muchas familias en la vuelta a clases. La clave, señalan los especialistas, es acudir a información contrastada y evitar bulos que pueden llevar a tomar decisiones ineficaces o perjudiciales.