Por Pablo Pérez
Llegó por fin la condena de 38 años de cárcel a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón, por corrupción y vínculos con el narcotráfico, la condena confirma lo que ya todos sabíamos, el calderonato protegió al cártel de Sinaloa.
No nos sorprende que Calderón se excuse diciendo: “Nunca tuve evidencia verificable que lo involucrara con actividades ilícitas”, lavarse las manos es una de las actividades favoritas del expresidente panista y justo es lo que hacen todos los demás actores del espectro político.
Calderón no se puede lavar las manos porque fue su misma Secretaría de la Función Pública la que abrió y descartó 12 carpetas de investigación, muchas basadas incluso en los testimonios de exfuncionarios públicos, solo se puede concluir que en ese entonces Felipe se preocupó de cuidar a los suyos por el bien de su proyecto, una acción tan común que se puede comparar con como Andrés Manuel cuidó a Ignacio Ovalle tras el desfalco a SEGALMEX o la actual presidenta protegió a Florencia Serranía tras el colapso de la línea 12.
En ningún caso la ignorancia del jefe le exime de las consecuencias de las acciones de sus subalternos, pero especialmente cuando hubo la sospecha y queda registro de ella queda claro que hubo un esfuerzo consciente por ignorar el problema.
La evidencia “verificable” en este caso quedó más que verificada y solo deja claro que lo que no hubo fue voluntad de investigar, compromiso con el cargo, responsabilidad…
En este momento no solo el panista no se puede eximir de su responsabilidad, dos sexenios pasaron después del suyo y no hubo investigación alguna sobre sus actos de corrupción y enriquecimiento ilícito, incluso en el gobierno del cambio no fue sino hasta casi dos años después de la detención de García Luna que se detuvo a su subalterno Luis Cárdenas Palomino por acusaciones de tortura y hasta cuatro años después que se dieron las órdenes de detención en contra de familiares de García Luna implicados, pero no por delitos que aseguren la extradición desde Estados Unidos, donde residen.
No actuar contra la corrupción, la violencia y el crimen es lo mismo que protegerlo. No debemos aceptar en ningún momento las excusas de Calderón como señales de su inocencia pero del mismo modo es inaceptable que tampoco lo hayan investigado los expresidentes Peña y López Obrador, o que no haya actuado nunca el calladísimo fiscal Gertz Manero… no, no hay cantidad de excusas o declaraciones que sirvan para lavar sus sucias, sucias manos.