Esta nota fue realizada en el marco del proyecto “Promover la información confiable y luchar contra la desinformación en América Latina” financiado por la Unión Europea. Su contenido es responsabilidad exclusiva de Verificado MX y no refleja necesariamente los puntos de vista de la Unión Europea.
- El algoritmo de TikTok te expone a mensajes desinformantes que detonan o refuerzan conductas alimentarias de riesgo, pues en esta red social se promocionan y venden productos que prometen bajar de peso rápidamente sin importar el riesgo para la salud.
- Cuentas de venta utilizan deepfakes y videos generados con IA, mientras que supuestos profesionales de la salud e influencers promocionan y venden medicamentos y suplementos de marcas como Axcion, Windboss, Happy Cleaner y Vitday Vitagold.
- Además, existen cuentas que promueven dietas extremas y prácticas de riesgo, algunas de las cuales dirigen a grupos cerrados en otras redes de mensajería instantánea ‘pro Ana y Mía’, donde se comparten estrategias para bajar de peso.
- Mediante canciones, fragmentos de películas, hashtags y códigos de color, las adolesencias de America Latina forman una comunidad en Tik Tok que promueve ideales de belleza poco saludables y que glorifica la delgadez extrema.
Por Leslie Orozco y Blanca Medina Viezca
Contenidos sobre medicamentos que prometen disminuir la ansiedad por comer, “desintoxicar” el cuerpo, aumentar el consumo de agua, quemar grasa o mejorar el metabolismo y lograr una “figura ideal” circulan diariamente en TikTok.
Sin receta médica ni control sanitario, fármacos como la fentermina y la afepramona se promocionan como soluciones para bajar de peso, mediante cuentas que proliferan en la plataforma y que operan como distribuidoras y vendedoras de dichos productos.
Con la llegada de TikTok Shop, en 2025, el fenómeno se intensificó: ahora los usuarios no solo pueden vender productos directamente desde la aplicación, sino también enviar y/o recibir muestras “gratuitas” a cambio de crear videos promocionales o ganar comisiones por su difusión.
Esto ha facilitado la circulación de contenidos desinformantes sobre productos que construyen y refuerzan narrativas de delgadez como ideal estético, cuyo objetivo central es promover su consumo sin advertir sobre efectos secundarios ni riesgos a la salud.
A través de un monitoreo y análisis de contenidos en TikTok, durante un periodo de dos meses, se rastrearon 80 cuentas que promueven el consumo de medicamentos como la fentermina, un anorexígeno de la familia de las anfetaminas que es utilizado como auxiliar en el control del apetito en personas con obesidad, cuya venta requiere de una prescripción médica.
Dicho monitoreo arrojó contenidos que, bajo la promesa de alcanzar el “peso ideal”, promocionan diversos productos entre medicamentos, suplementos alimenticios y multivitamínicos que pueden adquirirse sin receta médica y sin información sobre sus componentes y la manera en que funcionan.
La nutrióloga Dulce Valenciano, especialista en psicología y psicopatología de la nutrición por la Fundación Universitaria Iberoamericana, explica que la sobreingesta de multivitamínicos puede desencadenar síntomas o signos indeseados.
“Te venden el frasco muy bonito de multivitamínicos. Habrá unas vitaminas que sí requieras, pero no todas y esto hay que saberlo, primero bajo estudios médicos de laboratorios. Hay ciertos síntomas, signos, que debe evaluar tanto el médico como el nutriólogo para ver si así lo requieres. No porque la vecina se los tome (bajo prescripción médica) quiere decir que entonces yo también me los voy a tomar”, señala.
Las consecuencias de tomar medicamentos sin prescripción «pueden llegar a ser en el sistema nervioso, pueden dañar hígado, corazón, riñones e incluso generar dependencia«, asegura la nutrióloga Dulce Valenciano.
Así, las audiencias de TikTok pasan del consumo de contenidos digitales a decisiones de compra sin información suficiente sobre sus implicaciones, en un entorno donde la comercialización de fármacos ocurre sin regulación ni supervisión profesional.
La narrativa central consiste en presentar estos productos como una solución rápida, segura y accesible, sostenida por mensajes que normalizan su consumo y con ello conductas alimentarias de riesgo, incluso difundidos por personas que se presentan como profesionales del sector salud.
Ejemplo de ello es el usuario @malnupewellnes, quien en todos sus videos utiliza filipinas quirúrgicas o elementos médicos y afirma ser un profesionista de la salud sin declarar su especialidad y cédula profesional. En su perfil, la sección de escaparate muestra 16 productos de la marca Vitday.
Incluso, algunas de las marcas que se encuentran en la TikTok Shop han implementado el uso de la inteligencia artificial para promocionar sus productos usando la imagen de macroinfluencers sin su autorización.
Éste fue el caso de la influencer Laura Salazar, quien el pasado mes de julio publicó un video denunciando el uso de su rostro para promocionar productos para bajar de peso y advirtió a su audiencia sobre este tipo de estafas.
El producto que promocionaba este deepfake actualmente registra 38 mil unidades vendidas, mientras que el vendedor disponible en TikTok Shop llega a las 114 mil ventas en diversos productos.
Detonan contenidos en TikTok trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes
TikTok ofrece a sus millones de usuarios la oportunidad de acceder a una gran cantidad de contenido amoldada a sus intereses, creando un entorno que combina información, entretenimiento y publicidad. Esta lógica algorítmica, sustentada en la recomendación personalizada y la viralización, expone a las audiencias a mensajes que pueden detonar o reforzar trastornos de la conducta alimentaria.
Por medio de canciones clásicas, fragmentos de películas con personajes que padecen trastornos alimentarios, hashtags y códigos de comunicación (como el uso de texto en color rojo para expresar enojo o tristeza), adolescentes y jóvenes de América Latina han conformado en TikTok una comunidad que promueve ideales de belleza poco saludables e incluso, glorifica la delgadez extrema.
Guillermo Martínez, experto en investigación y técnicas de mercadeo por la Universidad Autónoma de Madrid, asegura que el algoritmo de esta red social se centra en las emociones e intereses de los usuarios.
“A diferencia de la mayoría de las redes sociales, el algoritmo de TikTok no solamente se alimenta de tus interacciones y de quién sigues, sino que tiene una parte que se llama el ‘for you page’, que es mostrarte el contenido que más te atrapa, que más te engancha. Entonces, por eso suele ser mucho más adictivo, porque tienes una conexión un poco más emocional”, explica.
Martínez precisa que, en el contexto latinoamericano, las adolescencias forman un papel fundamental en las audiencias de esta plataforma. En 2021, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reportaba que más de la mitad de los usuarios en TikTok eran adolescentes.
“Ciertos datos nos indican que más o menos uno de cada tres usuarios de TikTok en México tiene menos de 18 años. Esto quiere decir que básicamente entre el 30% y 40% de las usuarias y los usuarios de TikTok son menores de edad. Es la población más vulnerable porque al final de cuentas es la construcción del criterio lo que decidimos”, agrega el maestro en comunicación institucional y empresarial por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Datos del Pew Research Center revelan que, para 2025, el 57% de los adolescentes entre 13 y 17 años utilizan TikTok constantemente en Estados Unidos, pero que el 92% de la población hispana utiliza esta red social.
De acuerdo con el Centro para la Lucha contra el Odio Digital, las mujeres en edad adolescente pueden exponerse cada 39 segundos a contenido sobre la imagen corporal y de salud mental.
Mientras que un estudio publicado por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) revela que el algoritmo de TikTok de adolescentes con trastornos alimentarios les muestra un 4,343% más de contenido relacionado con estos temas.
A través del análisis de los contenidos se identificaron mensajes que promueven conductas alimentarias de riesgo, sustentados en discursos que exaltan el “logro” de haber bajado de peso o el sacrificio necesario para conseguirlo.
Incluso, algunas usuarias relatan su experiencia consumiendo supresores del apetito y hablan de efectos secundarios como dolores de cabeza, insomnio y taquicardia.
Dichos contenidos son utilizados como filtro por otras usuarias para encontrar a más personas dispuestas a unirse al reto de consumir dicho fármaco, promoviendo comunidades donde se comparten información y dan acompañamiento.
Del #skinnytok a las comunidades cerradas
En TikTok, el uso de los hashtags, el texto insertado en los videos desde la aplicación y las descripciones de texto permiten identificar intereses y potenciar la aparición de cierto tipo de contenido en las páginas principales.
Ejemplo de ello fue el “skinnytok”, un hashtag que se popularizó a nivel internacional y que fomentaba la bulimia, anorexia y otras conductas, motivo por el cual TikTok realizó un bloqueo en 2025.
Ahora, cuando los usuarios realizan la búsqueda de dicho término, se redirige a un mensaje de acompañamiento para canalizar a la persona a organizaciones que tratan problemas de trastornos de conducta alimentaria (TCA), sin embargo, el contenido sigue circulando con otras variaciones de palabras como: dieta, trastorno alimentario y “Mia”, entre otros.
Palabras como “dieta” almacenan más de 4 millones de videos en los que los usuarios utilizan un hashtag con dicha palabra.
En la investigación se encontró que la manera más rápida para popularizar videos relacionados con conductas alimentarias como la bulimia, anorexia y restricción de alimentos es el uso de hashtag en inglés.
Existen hashtags que utilizan abreviaturas como #wl (Weight Loss, “pérdida de peso”), #whatieatinaday o #wieiad (What I Eat In A Day, “qué como en un día”), #ed (Eating Disorder, “trastorno alimentario”) o #podercerdito, los cuales se han popularizado en los últimos años y contienen contenido que muestra platillos altamente restrictivos.
El hashtag #whatieatinaday (qué como en un día), por ejemplo, alcanza la cifra de más de 2.3 millones de publicaciones. Este tipo de siglas se modifican también con diferentes variables para esconder el contenido.
En el caso de las siglas “ed”, de desorden alimentario, se utiliza el nombre del cantante británico Ed Sheeran para disfrazarlo, como #ednotsheree (juego de palabras para aclarar que no se trata del nombre del cantante, sino del desorden alimentario).
Además, existen #wlkpopacc o #wlkpop (pérdida de peso pop coreano) que hacen referencia a las celebridades femeninas de grupos de pop coreanos.
Algunas de las artistas más mencionadas son Jang Won-young, del grupo Ive, Shin Yu-na de Itzy, Shin Ryu-jin de JYP Entertainment. De acuerdo con algunos estudios, el 46.5% de las y los adolescentes han declarado haber deseado tener el cuerpo de las “idols” coreanas.
El contenido que utilizan los hashtags relacionados con la delgadez extrema, en la mayoría de los casos, provienen de perfiles sin nombre oficial que, en su lugar, utilizan apodos o palabras que tienen que ver con comida o animales. Además, no usan imagen de perfil, pero en algunos casos se dan indicios de que son personas menores de edad.
Los videos y fotografías que se publican en TikTok se valen de palabras centradas en la motivación. También de frases que, por medio de insultos, impactan en las adolescencias por no cumplir con los regímenes estrictos, así como solicitudes de consejos u oraciones que romantizan directamente los trastornos alimentarios.
La doctora Abigail Adame, médico especialista en psiquiatría con especialidad en trastornos de la conducta alimentaria, explica que el uso de palabras negativas refuerza la vergüenza corporal y altera el sistema de recompensa, encargado de la liberación de neurotransmisores.
“Se llama motivación basada en la culpa o en el castigo y es particularmente el recibir humillaciones respecto a lo que se busca, en este caso, la imagen corporal, para aparentemente reforzar la vergüenza corporal o el odio a uno mismo. De hecho, se ha visto que en personas que ya tienen síntomas, por ejemplo, de inanición o que tienden a patrones alimentarios restrictivos, el sistema de recompensa cambia en el entendido de que mientras menos comen o más tiempo pasan en ayuno, mayor es la activación de dicho sistema”, mencionó la especialista que fundó Tukiama, un centro de atención integral de los trastornos alimentarios.
En el análisis también se encontró que los grupos de adolescentes utilizan nuevos códigos de comunicación, como el uso de colores para dar significado a emociones. Dichos códigos de color se emplean en los textos de material audiovisual y en los hashtags.
Un ejemplo de ello es el uso del color amarillo para hablar de soledad. El color rojo se asocia a emociones como la tristeza y la ira y es el más utilizado en el contenido relacionado con los trastornos de la conducta alimentaria.
En la plataforma, incluso, circula un audio que invita a portar pulseras rojas en caso de “identificarse” con la anorexia, mientras quienes entren en la categoría de bulimia deben usar una morada.

Además, en el monitoreo se encontró que las y los usuarios migran hacia plataformas de mensajería privada, donde se crean comunidades cerradas que comparten esta información acompañada de rutinas o “retos” relacionados con la restricción alimentaria.
Es en los comentarios de los contenidos de TikTok donde se comparten los hipervínculos como puertas de acceso a estos grupos, especialmente en WhatsApp. Algunos de los canales públicos disponibles alcanzan los 2 mil integrantes.
De acuerdo con la psiquiatra Abigail Adame, las redes sociales fungen como un espacio de comunidad para las y los adolescentes, por lo que la inmersión a contenido específico o migrar a otros espacios digitales donde hay personas afines a tus intereses crea un sistema que refuerza las conductas restrictivas.
“El humano es un ser social, así que la búsqueda de estos grupos que tengan un pensamiento, un estilo de vida similares a ellos, va a fomentar esta validación, el mantener las conductas. Pero también va a aumentar la resistencia al cambio y la resistencia al tratamiento, porque aparentemente lo único que les mantiene en comunidad o lo único que les mantiene como adolescentes en esta sociedad son los trastornos”, mencionó la psiquiatra.
Se encontraron decenas de videos en los que se solicitaron hipervínculos para unirse a grupos privados de personas que se encuentran realizando conductas restrictivas.
Tan solo en un monitoreo de 10 videos publicados en TikTok se identificaron más de 63 enlaces a grupos privados en redes de mensajería como WhatsApp; al intentar acceder, se solicitaba la aprobación de un administrador, por lo que no es posible anexar pruebas digitales.
TikTok retira contenidos pero no es suficiente
Para conocer su postura sobre el tema, se buscó a la empresa TikTok y se solicitó una entrevista. La plataforma respondió en un lapso de 24 horas, con un documento que incluye su posicionamiento respecto a la desinformación, los trastornos alimentarios y los productos que se comercializan en TikTok Shop.
Tras solicitar la entrevista, Verificado compartió a la plataforma cuatro enlaces directos de los videos analizados para esta investigación; TikTok informó que tres de ellos, clasificados como “contenido orgánico”, fueron retirados por violar sus políticas.
Sin embargo, aunque las publicaciones fueron eliminadas, las cuentas que las difundieron permanecen activas. En ellas continúan circulando decenas de contenidos, incluidos deepfakes, videos generados con IA y promociones de productos para bajar de peso, lo que mantiene abierta la exposición de los usuarios a mensajes de riesgo.
El cuarto, relacionado con la promoción del suplemento dietético NAD+ Reforzado, difundido a través de TikTok Shop, se determinó que «no viola las normas porque no está haciendo ninguna promesa específica de ganar/perder peso o resultados mágicos«.
En el documento compartido por TikTok, también se detallan acciones contra la desinformación, como la prohibición de material engañoso, contenido engañoso generado con IA, teorías conspirativas dañinas o información falsa.
La plataforma también explica: “no permitimos mostrar ni promover trastornos alimentarios ni comportamientos peligrosos para la pérdida de peso, ni facilitar la comercialización de productos para la pérdida de peso o el aumento de masa muscular”.
Respecto a TikTok Shop, el documento precisa que se prohíbe la venta de productos y suplementos para perder peso, como píldoras de dieta, supresores del apetito, quemadores de grasa, productos para acelerar el metabolismo o tés desintoxicantes; sin embargo, permanecen intactas cuentas que sistemáticamente promueven estos productos disfrazados de “consejos”, “reseñas” o “experiencias personales”.
Para ofrecer otras soluciones, desde 2021 TikTok trabaja de la mano de Comenzar de Nuevo, una asociación civil con más de 26 años dedicada al tratamiento multidisciplinario de TCA en México y otros países de América Latina, quien además de colaborar en la identificación de contenido de riesgo, gestiona la única línea de ayuda a quienes realizan búsquedas relacionadas con trastornos de la conducta alimentaria en la región.
De acuerdo con datos de la propia asociación civil, cada año reciben cerca de 8 mil llamadas para pedir ayuda.
Viejas tendencias, nuevos desafíos: fortalecer el pensamiento crítico
La promoción de trastornos alimentarios no es nueva, a principios de la década de los 2000 se crearon en América Latina diferentes foros y blogs de “Ana y Mia”, un juego de palabras para otorgar un nombre de persona a la anorexia y la bulimia.
Además, en otras redes sociales en las que no se requiere seguir a los usuarios para visualizar su contenido, como X (antes Twitter), también se popularizaron hashtags como #edtwt, que también recopilaban material relacionado a desórdenes alimentarios.
De acuerdo con la doctora Eva Trujillo Chi Vacuán, especialista en trastornos de la conducta alimentaria y directora de Comenzar de Nuevo, las redes sociales tienen un papel fundamental en la recuperación o tratamiento de estas conductas.
“Definitivamente, tienen un factor muy importante, sobre todo en estas edades y las redes sociales pueden ser un gran factor de riesgo, pero también se pueden volver un factor protector, que es lo que buscamos. No se trata de demonizar a las redes sociales, sobre todo que llegaron para quedarse. Es utópico pensar que podemos restringirla a todo el mundo. Lo que hay que hacer es fortalecer un pensamiento crítico, fortalecer el discernir adecuadamente”, mencionó la doctora y expresidenta de la Academy for Eating Disorders.
Para la nutrióloga Dulce Valenciano, también es fundamental promover el pensamiento crítico incluso entre los profesionales de la salud, ya que muchos continúan reforzando la culpa a través de contenidos en redes sociales que normalizan conductas alimentarias de riesgo bajo discursos de “disciplina” o “fuerza de voluntad”.
Además, señaló la importancia de educar a las adolescencias para que aprendan a identificar la publicidad encubierta en redes sociales, así como fomentar la autoestima y la autonomía corporal, así como enseñarles a reconocer señales tempranas de un TCA y pedir ayuda sin miedo a ser juzgados.
“Hay que cambiar el objetivo de “comer bien para bajar de peso” a “comer para nutrirme, tener energía y disfrutar”. Como profesionales de la salud tenemos la responsabilidad de promover más la alimentación intuitiva, evitar juicios sobre alimentos (“buenos” o “malos”) y enseñar que todos los cuerpos merecen respeto y cuidado, sin importar su tamaño o forma.
Nos toca acompañar procesos de aceptación o neutralidad corporal, más que de ‘amor al cuerpo’ inmediato, sobre todo en una etapa importante y vulnerable como la adolescencia.
Tenemos que mostrar contenidos que contribuyan a normalizar la diversidad corporal y visibilizar que el cuerpo cambia a lo largo de la vida, y educar desde etapas tempranas sobre no opinar de los cuerpos ni alimentación de nadie”, precisa la especialista.
Metodología
Para esta investigación, Verificado realizó un monitoreo entre mayo y julio de 2025 e identificó 80 cuentas de TikTok que compartían contenido que fomenta conductas alimentarias peligrosas, además de difundir enlaces a grupos privados que promueven prácticas restrictivas de alto riesgo.
De los 110 videos monitoreados, se seleccionó material enfocado en tres ejes: (1) fomento de conductas restrictivas; (2) contenidos desinformantes que promueven el uso de multivitamínicos y medicamentos; y (3) videos que redirigen a grupos privados en otras plataformas, como WhatsApp e Instagram.
*Esta investigación es parte de “Los Desinformantes”, una serie de investigaciones sobre diferentes actores que desinforman en la región que realiza LatamChequea, la red de chequeadores latinoamericanos. Esta nota fue realizada en el marco del proyecto “Promover la información confiable y luchar contra la desinformación en América Latina” coordinado por Chequeado y financiado por la Unión Europea, su contenido es responsabilidad exclusiva de Verificado MX y no refleja necesariamente los puntos de vista de la Unión Europea.




