Por Debanhi Soto
Aunque Samuel García, gobernador de Nuevo León presumió que durante su administración se reestructuró el sistema de transporte público y el estado llegó a la “movilidad que siempre debimos tener”, el transporte público del área metropolitana de Monterrey (AMM) es el segundo peor de México.
Un estudio de la asociación civil Centro Mario Molina (CMM) en el que se analizó el transporte público de 21 ciudades con más de 900 mil habitantes en un rango del 0 al 100, calificó al transporte público de Nuevo León con 32.83 puntos, el segundo promedio más bajo a nivel nacional.
Representantes del colectivo M.A.S. Ciudad explicaron en entrevista que la crisis de movilidad es compleja y no puede ser solucionada solo con la compra de unidades de transporte, medida a la que apuntó Samuel García.
“Comprar más camiones es solo una solución superficial si no se abordan problemas estructurales como la infraestructura vial deficiente, la falta de una planificación urbana integral y el constante congestionamiento vehicular, que no se resolverá hasta que se ofrezcan alternativas reales de movilidad no motorizada” comentó el colectivo.
Las carencias del Transporte Público de Monterrey
La calificación más baja que se le dio al transporte público de Monterrey fue en la accesibilidad, donde la ciudad obtuvo un promedio de 6.46 en el estudio del CMM.
Accesibilidad se refiere a que las personas usuarias tengan a su disposición los servicios de transporte para realizar sus viajes, pero en el AMM, por falta de una infraestructura de transporte efectiva, el sistema de transporte es inoperante.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Impacto Gubernamental (ENCIG) del INEGI, sólo el 43.3% de los nuevoleoneses declararon que había suficientes rutas de transporte público automotor. La cifra de Nuevo León es la segunda más baja en el país.
Asimismo, en la Encuesta Así Vamos 2023 de la asociación civil Cómo Vamos Nuevo León un 10.9% de las personas encuestadas afirmaron que no usan el transporte público ya que no hay rutas que los lleven a sus destinos y el 8.3% de los encuestados afirma que el transporte los deja lejos de su destino.
Por dar un ejemplo, según datos del INEGI, el sistema de transporte público de Monterrey da abasto a 17 millones 329 mil 784 pasajeros, de los cuales la mayoría (77.4%) utilizan el metro (Metrorrey). No obstante, actualmente Metrorrey solo tiene tres líneas que cubren 40 kilómetros de servicio en cuatro municipios de los 13 que comprende el área metropolitana.
Si no hay suficientes rutas, aumenta el tiempo de espera
La falta de accesibilidad en el transporte público lleva a que aumenten los tiempos de traslado y de espera. La Encuesta Así Vamos indica que en 2023, las y los usuarios de transporte público invierten un promedio de dos horas y 21 minutos en un viaje redondo.
Sin embargo, en García, Juárez y otros municipios periféricos al AMM, el tiempo de traslado llega hasta casi las tres horas por la poca accesibilidad urbana.
Al respecto, el colectivo M.A.S. Ciudad explicó que los altos tiempos de espera y traslados afectan el desarrollo personal de los individuos ya que a las personas no les queda tiempo para hacer actividades de recreación.
“Los usuarios reportan tiempos de espera superiores a los 60 minutos. Esto sin contar el tiempo de traslado, donde las personas pueden perder hasta tres horas diarias para ir de su casa al trabajo. Esta situación afecta gravemente su desarrollo personal, ya que apenas tienen tiempo para actividades fuera de trabajar, regresar a casa, dormir y repetir la rutina al día siguiente, quedando atrapados en un ciclo dentro del deficiente sistema de transporte público en Nuevo León” explicó el colectivo M.A.S. Ciudad
Pese a crisis de movilidad, Samuel García le apunta a más conectividad vial
A pesar de la crisis en el transporte público, en el gobierno de Samuel García se le da prioridad al tránsito de automóviles que al de otras formas de transporte dejando de lado la pirámide de movilidad.
Por dar un ejemplo, el 3 de septiembre Samuel García inició la construcción del Viaducto Elevado, un proyecto con costo de 24 millones de pesos sobre el cual organizaciones ciudadanas y especialistas advirtieron que no mejoraría la movilidad sino que generaría más tráfico, cuellos de botella y riesgos de siniestros viales.
M.A.S. Ciudad y otros colectivos argumentan que el capital destinado al viaducto elevado podría invertirse en aumentar la infraestructura de transporte público, implementar ciclovías o mejorar los espacios peatonales.
Otro ejemplo es la construcción de tres nuevas líneas de Metrorrey, uno de los megaproyectos insignia de la administración de Samuel García los cuales, afirmó estarían listos para 2026. Sin embargo, a tres años del inicio de su administración, las líneas 4 y 6 presentan retraso y la línea 5 no ha iniciado su construcción debido a que los vecinos rechazaron la iniciativa ya que “agravará la situación vial de la zona”.
“La ciudad debe invitar a caminar para conocerla, pero en la actualidad, los amplios arroyos viales, las altas velocidades y el abandono del espacio público no permiten una verdadera apropiación, lo que tampoco nos permite conectar con el territorio y con las personas que lo conforman” explicaron los representantes de M.A.S. Ciudad.
Reportaje realizado para Reporte Índigo / Imagen de portada: Reporte Índigo