Por Lino Enrique Cárdenas Franco*
El pasado 18 de diciembre del 2022, en la cancha del Estadio Icónico de Lusail en Doha, Qatar, la selección mayor de fútbol varonil de Argentina se consagró como campeona del mundo venciendo 4-2 en tiros penales a su similar francesa, tras un inolvidable y trepidante partido (3-3) lleno de emoción, volteretas y goles.
Para muchos (incluyéndome), Lionel Messi se convirtió en el mejor jugador de todos los tiempos al levantar la copa. ¿La euforia? En lo personal me sigue invadiendo tras poco más de un mes del juego. Sin embargo, el día de hoy no vengo a exponerles sobre la épica historia del rosarino y su gloria deportiva. Más bien, vengo a rescatar un halo de luz que brilló como consecuencia del campeonato, y que puede refrescar la concepción que se tiene en Latinoamérica de la cosa pública.
Se estima que más de 5 millones de argentinos se dieron cita en las calles de su país para gritar de alegría tras la hazaña. Lio acababa de replicar lo conseguido por El Diego en nuestro país aquel lejano 1986. Uno esperaría un desastre con tanta población movilizándose al mismo tiempo, pero no fue así. Salvo algunos destrozos y otros accidentes aislados, todo aconteció en santa paz gracias a D10S.
¿Las condiciones socioeconómicas y políticas en Argentina actualmente? De sobra conocidas. Una inflación rampante, una economía que navega en una aparentemente perpetua crisis y una polarización política y social latente.
A pesar de ello, en la fiesta de Buenos Aires no cabía un solo alfiler. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y, sin duda alguna, se trató de un fenómeno catártico que unió al pueblo argentino sin distinción de edades, ideologías o clases.
Muchas reflexiones pueden formularse respecto a las aglomeraciones humanas, ya sean religiosas, políticas o en este caso futboleras. No se trata de emitir un juicio sesudo que juzgue colectivamente a Argentina: “Uy, si así fueran para movilizarse”, “Es sólo fútbol”. No, se busca rescatar la energía que el evento generó e incitar al lector a imaginarse las posibilidades que existen con la acción colectiva.
En mi opinión, para la sociedad argentina definitivamente marca un antes y un después para la participación ciudadana. 5 millones, de eso son capaces. Tal vez no de forma evidente, pero habrá quien recoja algo de la ebullición colectiva y comience a actuar en pro de su causa. Pareciera un cliché, pero la unión hace la fuerza.
Tengo la percepción de que nuestros tiempos están marcados por la apatía sociopolítica. Si bien las redes sociales han permitido la difusión de problemáticas y en muchos casos han facilitado su solución, en otras ocasiones pareciera que limitan el actuar colectivo. ¿Por qué salir a la calle a gritar si ya compartí la publicación? ¿De qué sirve caminar codo a codo con los demás si ya di retweet? ¿Vale la pena congregarnos en la plaza si ya circulamos la cadena por whatsapp?
Les invito a preguntarse: ¿Qué causa podría generar la misma energía que ganar una copa del mundo? Tras este ejercicio, habremos identificado algún suceso o problemática, y junto a ello una emoción que nos provoca. Nuestro actuar individual puede generar esa emoción y llevarla al nivel colectivo, ya sea a nuestra localidad, nuestra región, nuestro país o al mundo entero.
Nuestro éxito depende de muchísimos factores, que pueden estar fuera de nuestras manos, pero en la medida de nuestras posibilidades hay que poner el dedo en el renglón cuando valga la pena.
Soy fiel creyente de que la participación ciudadana es clave para que la vida en sociedad mejore gradualmente. Quizás nuestro poder de convocatoria no alcance los 5 millones, quizás ni las 10 personas, pero nuestra voz y pensamientos pueden ser un punto de inflexión para nuestro entorno y para la vida de los demás, tal como lo fue aquel penal decisivo de Montiel.
Espacio de reflexión de Alianza Cívica Nuevo León
Lino Enrique Cárdenas Franco, es estudiante de Derecho en la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, practicante de abogado postulante, y cinéfilo de huealianzaso colorado. Apasionado por la historia, la política, la filosofía, la comunicación y el deporte. Asociado de Alianza Cívica, A.C., miembro de la COFIM y director de columnas en @politicaencorto.