Andrés A. Solis*
Con bombo y platillo el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdoba Vianello presumió las cifras de audiencia que tuvo el primer debate entre la y los candidatos a la Presidencia de la República.
Presumió los más de 14 millones de televidentes que sintonizaron la transmisión, de los cuales 11.4 millones tienen edad para votar. Más de 14 millones que superaron en casi 10 a uno al poco más de 1.2 millones que vieron algún debate en 2012. Y para esto Córdoba Vianello dio las cifras proporcionadas por la empresa Nielsen-Ibope-México, que fue la que hizo esta medición de audiencias.
Según el informe el 20 por ciento de las personas que tenían encendido su televisor en el horario del debate, lo vieron por cualquiera de los canales de televisión abierta y restringida por donde se transmitió.
El INE presumió cuatro millones de visualizaciones de su transmisión en vivo a través de Facebook; casi 900 mil vistas en YouTube, 1.4 millones de mensajes en Twitter relacionados con el debate y que sus Hashtag fueron tendencia mundial el domingo y parte del lunes.
Visto así es realmente un avance importantísimo. El crecimiento de la audiencia del debate es gigantesco; claro, si sólo vemos los números de manera fría.
Cuatro millones de visualizaciones en Facebook y casi 900 en YouTube indican que alguien le dio click a los enlaces de la transmisión. No significa que lo hayan visto y en todo caso, el INE no nos da al menos el promedio de tiempo de permanencia de la persona usuaria en la transmisión. Métricas que ambas plataformas digitales sí ofrecen y de manera gratuita con datos sociodemográficos, geográfico y hasta para saber qué dispositivo usa cada quién para conectarse.
Los 1.4 millones de Tweets son un dato frío que no refleja cuántos de estos fueron positivos, cuántos negativos, cuántos re tuits, cuántas menciones, cuántas respuestas del INE a su audiencia, ¡cuántos bots!
Es decir, no muestran lo fundamental de las redes sociales que es la interacción.
Hablando de Televisión. Si 11.4 millones de televidentes mayores de 18 años de edad vieron el encuentro entre presidenciables, esto representa apenas el 12.7 por ciento del padrón electoral.
Según Nielsen-Ibope. Estos 11.4 millones de personas vieron “¡al menos un minuto!”; o sea, un minuto de una transmisión de más de 120 minutos. Es una pésima estadística.
Igualmente el dato de Nielsen-Ibope sólo indica que en ese horario de las 20 a las 22 horas (horario de la CDMX), había cierta cantidad de televisores encendidos. Es falso que la empresa que mide audiencia televisiva sepa con exactitud cuántas personas vieron el programa especial del INE.
Y dicho sea de paso. Nielsen-Ibope-México es la única empresa que mide audiencia y rating de televisión; es decir, es un monopolio, por lo tanto al no haber competencia, tienen la verdad única sobre el tema y por tanto no pueden ser de confianza ciega.
Un gran periodista económico, maestro y amigo, Francisco Vidal, me enseñó que los números no sirven para nada, si no tenemos con qué compararlos.
* Periodista, autor del «Manual de Autoprotección para Periodistas» y de la «Guía de Buenas Prácticas para la Cobertura Informativa sobre Violencia» (@aasolisa)
* Periodista, autor del «Manual de Autoprotección para Periodistas» y de la «Guía de Buenas Prácticas para la Cobertura Informativa sobre Violencia» (