El discurso anticiencia en Argentina, México, Chile y Colombia: qué narrativas circulan y quiénes las difunden

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EN CORTO
  • Las narrativas desinformantes anticiencia cruzan fronteras en Latinoamérica: desde promoción de pseudoterapias hasta teorías conspirativas sobre organismos internacionales como el Foro Económico Mundial.
  • Tanto en México y en Colombia como en Chile y Argentina, circulan discursos anticiencia vinculados al género y a las infancias trans, muchas veces articulados con referencias a la “ideología de género”.
  • A diferencia de la Argentina, en el resto no circulan muchas desinformaciones que avalen el terraplanismo, los chemtrails, el negacionismo climático y el agujero de ozono.

Por Lucía Gardel

En la Argentina circulan con fuerza relatos que rechazan, niegan o distorsionan el conocimiento científico. En muchas ocasiones, las narrativas desinformantes no se circunscriben a un sólo país sino que cruzan fronteras. Por eso, Chequeado decidió investigar qué discursos anticiencia circulan en otros países de Latinoamérica.

Para esto, este medio contó con la colaboración de los sitios de verificación de datos Animal Político (México), La Silla Vacía (Colombia) y Fast Check (Chile), todos miembros de la red de chequeadores LatamChequea.

En México, Colombia y Chile, al igual que Argentinalas narrativas anticiencia se centran sobre todo en pseudoterapias y discursos antivacunas, aunque con matices que varían según el contexto local. En estos cuatro países circulan contenidos que promueven tratamientos sin evidencia científica y, en muchos casos, peligrosos para la salud. También, afirmaciones falsas sobre la seguridad de las vacunas.

Por otro lado, en estos tres países se ven discursos vinculados a la identidad de género y la salud sexual y reproductiva, muchas veces relacionados con la “ideología de género”, como ocurre en Argentina. En muchos casos, estos discursos están impulsados por figuras públicas o influencers con llegada masiva y se conectan con teorías sobre la Agenda 2030.

diferencia de Argentina, en ninguno de los otros tres circulan muchas desinformaciones que avalen el terraplanismolos chemtrailsel negacionismo climático o desinformen sobre el agujero de ozono.

Pseudoterapias e ideología de género: las narrativas anticiencia que circulan en México

Muchos de los contenidos que circulan en dicho país se vinculan con las pseudoterapias o las falsas curas. Por ejemplo, se difunde que la ingesta de calcio y vitamina D sirve para tratar el dengue, o que el agua alcalina, el té de infusión o el agua de limón con bicarbonato sirven para combatir el cáncer.

También, contenidos falsos que afirman que el cáncer no existe y que se utiliza solo como excusa para vender tratamientos costosos, o que puede curarse simplemente con “baños de sol”.

“En México existe un problema de falta de cobertura médica, poco presupuesto para medicamentos y vacunación. Todo esto ha llevado a una baja en las tasas de vacunación infantil, menor acceso general a la salud y un mayor gasto personal por parte de la ciudadanía para cubrir sus necesidades médicas. Eso ha dado lugar a un montón de desinformaciones del tipo ‘curate con este remedio natural’”, explicó a Chequeado Samedi Aguirre, coordinadora de alianzas, innovación y proyectos de impacto de Animal Político.

Y agregó que esto se traduce en una desconfianza hacia las instituciones más que hacia un partido político en particular.

Luego de la pandemia por COVID-19, circulan contenidos falsos que aseguran que instituciones como la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) o los Institutos de Salud de los Estados Unidos aprobaron la ivermectina como tratamiento. Además, persisten narrativas que desconfían de las vacunas, como la que sostiene que causan autismo.

“Existe un discurso en contra de las farmacéuticas, con frases como ‘dejemos de consumir ciertos tratamientos médicos porque las farmacéuticas son malvadas y no quieren que sepas que las vacunas causan autismo, porque necesitan personas enfermas de autismo para curarlas’”, explicó Aguirre.

Por otro lado, algunos grupos han ganado terreno en México con discursos centrados en las personas trans y en las infancias trans, como por ejemplo que en EE.UU. “la mayoría de los tiroteos son cometidos por personas trans” o que en México “existen cirugías, mutilaciones y tratamientos hormonales para infancias trans”, ambas afirmaciones falsas.

Entre quienes difunden estas ideas están el ex postulante a candidato presidencial y actor mexicano Eduardo Verástegui y la diputada local América Rangel (Partido Acción Nacional).

En México también existen grupos negacionistas del cambio climático, aunque son pequeños. En algunos casos, como también sucede en la Argentina, estas narrativas apuntan contra organismos internacionales como el Foro Económico Mundial. Se difunden afirmaciones falsas, como que este organismo anunció que el cambio climático llevará a “congelar” cuentas bancarias o que pidió sacrificar mascotas para combatirlo.

Otro foco de desinformación, aunque pequeño, son las teorías en torno al proyecto HAARP, que también circulan en Argentina. Se asegura falsamente que este programa provocó sismos en México o que tiene la capacidad de manipular tornados y huracanes.

En muchos casos, grupos más radicales como “Médicos por la Verdad” o “Mexicanos por la Verdad” -de los cuales también existe una versión argentina-, difunden este tipo de contenidos desinformantes que agrupan todo: antivacunas, salud y cambio climático.

Vacunas, medicamentos y discursos anti LGTB+: las narrativas anticiencia en Colombia

María José Echeverry, periodista de La Silla Vacía, explicó a Chequeado que los contenidos científicos relacionados con la salud, como las vacunas y los medicamentos, tienen mucho eco en Colombia. “La salud siempre ha sido un tema muy sensible, y actualmente lo es aún más por la intención del gobierno de reformar el sistema”, señaló.

Un ejemplo de esto es que el actual ministro del área, Guillermo Alfonso Jaramillo (Colombia Humana), aseguró -ya fuera del contexto de la pandemia- que las vacunas contra la COVID-19 son experimentales, una afirmación falsa. O los contenidos engañosos que aseguran que se aplican vacunas vencidas.

Con los recientes casos de fiebre amarilla también circularon desinformaciones que vinculan esta vacuna con la Agenda 2030. Por ejemplo, publicaciones que aseguran que la vacuna contra dicha enfermedad contiene grafeno -como ya ocurrió con las vacunas contra la COVID-19 y que es falso-.

También abundan los videos generados con inteligencia artificial en los que supuestos médicos o científicos reconocidos recomiendan medicamentos para la hipertensión, la diabetes la obesidad.

Santiago Amaya Barrantes, también periodista de La Silla Vacía, explicó a este medio que, en muchos casos, los contenidos desinformantes sobre vacunas no responden a una sola ideología, sino que expresan un discurso “antisistema”, en rechazo a supuestos intentos de control por parte del gobierno de turno o instituciones como la OMS.

Un ejemplo de esto es Cisalia Camacho, representante de la Veeduría Ciudadana por la Verdad, un colectivo que ha desinformado sobre vacunación y salud.

Además, circula con fuerza un discurso anti-LGBT, impulsado por influencers colombianos que difunden desinformación sobre la identidad de género, también enmarcado en teorías vinculadas a la Agenda 2030.

En 2024, por ejemplo, se cayó la sanción de un proyecto en el Congreso que buscaba prohibir que las personas fueran sometidas a tortura y tratos crueles con el objetivo de “cambiar” su orientación sexual o identidad de género.

Durante el debate de este proyecto circularon diversas narrativas desinformantes, como aquellas que decían que se buscaba enviar a “la cárcel a quienes defienden la ciencia y la verdad”, que la iniciativa “buscaba la destrucción de la familia y la naturaleza humana” o que se “imponía la ideología de género”.

Parte de esos contenidos fueron difundidos por la influencer colombiana Camila Rojas, quien participó de un live con Agustín Laje -politólogo argentino y escritor ligado a La Libertad Avanza (LLA), el partido del presidente argentino Javier Milei– y otro influencer chileno, Nael Condell, donde decían que la iniciativa buscaba acabar con la familia.

Además, Echeverry explicó que los movimientos que niegan el cambio climático son muy silenciosos en Colombia, y que no hay “grandes influencers que difundan este tipo de narrativas”. “Sin embargo, cuando estamos en temporada seca ocurren muchos incendios y durante esas épocas sí hay un discurso anticlimático que se replica muchísimo: que los incendios son provocados y que son mentira”.

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Crédito de la ilustración: Santiago Quintero

Falsas curas contra enfermedades y género: las narrativas que circulan en Chile

Al igual que en México, Argentina y Colombia, en Chile también circulan numerosas desinformaciones relacionadas con la pseudomedicina.

Se difunden, por ejemplo, afirmaciones falsas que sostienen que el bicarbonato de sodio puede curar la prostatitis y el cáncer, que el agua de mar es eficaz contra la hipertensión, la diabetes y el colesterol, y que el dióxido de cloro puede curar enfermedades como el autismo.

En cuanto a las vacunas, existen algunos casos de políticos o personajes públicos que han desinformado públicamente sobre este tema. Es el caso del diputado y candidato presidencial Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario), quien en marzo de 2025 aseguró que los recién nacidos reciben 72 dosis de vacunas y que estas contienen metales pesados, algo que es falso.

Sin embargo, Francisca Eade, coordinadora de fact-checking de Fast Check, señaló que en Chile “no hay tanta resistencia a las vacunas ni un discurso antivacuna tan orquestado”. Para Eade, si bien hay personas que difunden este tipo de mensajes, su impacto y visibilidad son relativamente bajos.

Además, al igual que en los otros países, en Chile existen desinformaciones sobre género que tienen mucho impacto mediático y en redes sociales, y que se relacionan con la medicina, en medio de la controversia por el alcance de los tratamientos hormonales en menores de 18 años que circula desde hace meses.

Por ejemplo, aquellas desinformaciones que sostienen que el gobierno de Gabriel Boric (Frente Amplio) “modificó la ley de cambio de sexo registral, reduciendo la edad mínima a 3 años”, o las que engañan sobre los tratamientos hormonales en niños.

También, aquellas que inventan declaraciones de políticos en contra de los cambios de sexo en adolescentes, como la que aseguró que el presidente de El Salvador, Nayib Bukelesoliticó cárcel para los médicos que realicen “cirugías de cambio de sexo” a menores.

También circulan contenidos sobre el cambio climático, aunque sobre fenómenos naturales de otros países, como los huracanes en los Estados Unidos o la DANA en España, y aquellas que ponen el foco en organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Foro Económico Mundial o el Banco Central Europeo.

Cómo contrarrestar las narrativas anticiencia

La desinformación puede perjudicar la salud física y mental de las personas, incrementar la estigmatización, amenazar los valiosos logros conseguidos en materia de salud y estimular el incumplimiento de las medidas de salud pública.

Además, polariza el debate público; da alas al discurso de odio; potencia el riesgo de conflicto, violencia y violaciones de los derechos humanos; y amenaza las perspectivas a largo plazo de impulsar la democracia, los derechos humanos y la cohesión social.

¿Qué hacer frente a la desinformación sobre ciencia y las teorías conspirativas? Hay varios enfoques que pueden funcionar: por ejemplo, contrarrestar la información errónea con mensajes basados en datos científicos de calidad, o “inocular” a las personas preparándolas para detectar las falacias antes de que se expongan a la desinformación.

Pero investigaciones recientes también muestran que es clave fomentar diálogos significativos entre grupos escépticos, referentes comunitarios y científicos, como así también la alfabetización mediática e informacional para fortalecer el pensamiento crítico.


Esta nota forma parte del proyecto de Chequeado “Desinformación sobre ciencia en la Argentina y en América Latina”, que cuenta con el apoyo del Pulitzer Center. Contó con la colaboración de Animal Político (México), La Silla Vacía (Colombia) y Fast Check (Chile).

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Somos un medio de comunicación especializado en el Fact Checking o verificación de hechos; se refiere a la labor de confirmar y comprobar hechos y datos.

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