Ladrando Claro
Por Pablo Pérez
Ya se habrán dado cuenta de que las ideas para esta columna me vienen de la información que me va llegando en la semana, hoy quise reflexionar sobre una entrevista que Renata Turrent tuvo en el espacio de Julio Astillero en la dijo que en los medios masivos de comunicación hay un “doble rasero” en el cual se beneficia a los analistas de oposición y “se nos trata de descalificar a los que defendemos el proyecto de la 4T porque creemos que es lo mejor para el partido” (sic).
Por extraño que parezca, lo primero en lo que pensé fue en los corridos tumbados.
Eso porque hace unas semanas el monero Guffo Caballero se echó uno de esos perros tuitazos que a veces le salen. Hablando de los corridos tumbados él decía que muy aparte de si estamos de acuerdo con la calidad musical, que sean un reflejo o no de la realidad del país o si se ajustan a nuestros gustos personales: “Antes de idolatrarlos, recuerda que le cantan al poder”.
Claro, el género ha sido, como sus predecesores, fuente interminable de loas a un grupo de poderosos que controlan violentamente amplios territorios de la república. El dominio no nada más es territorial, es tan evidente el duopolio en la industria musical que sólo quienes le cantan al Cártel de Sinaloa o al Jalisco Nueva Generación alcanzan la fama de los millones de reproducciones y los megaconciertos.
En ese medio el poder lo ejercen los dos grupos que dominan las plataformas musicales (porque claro que aún existe la payola) y obviamente privilegian a quienes les cantan, mientras que excluyen (o amenazan, o matan) a los que les dedican canciones a los grupos contrarios, y a veces hasta a los mismos que les cantan a ellos si de repente se salen del corral, como vimos con la narcomanta dirigida a Peso Pluma en Tijuana.
En los medios masivos de comunicación la situación no es diferente. Mega empresas como Televisa o TV Azteca tienen una muy compleja red de intereses comerciales, empresariales y políticos que sus portavoces defienden a ultranza.
Como ejemplo viene de inmediato a la mente la campaña contra los libros de texto que emprendieron los comunicadores de TV Azteca, alineándose con las ideas del dueño del grupo Salinas. En ese espacio difícilmente hay cabida para voces disidentes porque claramente defienden los intereses del poder al que obedecen.
Así hay muchos que se dedican a la comunicación cimentando las posturas de su grupo de poder, Ahí está el Consejo de Comunicación (Voz de las Empresas) en dónde nunca veremos a un experto en calentamiento global o crisis del agua hablar de las medidas necesarias para proteger nuestro medio ambiente, porque esto significa disminuir ganancias económicas de los empresarios.
Por eso creo que tenemos que llamar a las cosas por su nombre, comunicadores como Renata también hablan por un poder, en su caso el partido en el poder. En su mismo dicho, supongo que, por un lapsus, declara que lo que le interesa defender lo que considera mejor para el partido al que pertenece, aunque supongo que quisiera haber dicho: “lo mejor para el PAÍS”.
Y también ahí hay un doble rasero, en ese enorme y exitoso experimento de comunicación llamado la conferencia mañanera, que es la transmisión más vista en vivo todos los días y que es retomada por la gran mayoría de medios nacionales, es muy común escuchar quejas de los asistentes, periodistas, activistas y ciudadanos, acerca de cómo se privilegia a los mismos de siempre, los que le hacen al ejecutivo preguntas a modo o descaradamente se deshacen en panegíricos hacia él. Y el gran impacto de la mañanera en la población es innegable.
Lo mismo pasa con los youtubers que usan su plataforma ya sea para atacar o defender a un proyecto político, comentando información creada por otros solo para cultivar su burbuja informativa pero sin atreverse nunca a contradecir a su proyecto, ya sea por lealtad o por miedo a perder seguidores.
Así que más que de dobles raseros creo que debemos considerar que hay espacios de poder en los que cada grupo defiende sus intereses. Y en donde cada uno de los voceros habla siempre desde el poder y en defensa del poder.
Defensa porque lo que más temen quienes están en el poder es perderlo, por eso siempre denuncian terribles ataques o amenazas mientras ellos se presentan como si en realidad fueran actores imparciales.
Así para TV Azteca los libros de texto fueron la más nueva encarnación del fantasma del comunismo desde el punto de vista de un empresario que niega derechos a sus trabajadores y evade miles de millones en impuestos; para el Consejo de Comunicación Empresarial los programas sociales son una invitación para que la gente deje de trabajar según empresarios que se benefician de que la población empobrecida se vea forzada a aceptar sueldos muy bajos; o para el Ejecutivo y sus “comunicadores” las exigencias de justicia de colectivas feministas o madres buscadoras son un intento de dañar al gobierno, gobierno que ha dejado inconclusas una y otra vez sus propias promesas de campaña de combatir la impunidad y poner en marcha un sistema de justicia transicional.
En cambio, sí le reconozco a Turrent otras dos frases de la misma entrevista: que es indispensable la honestidad de aclarar desde dónde habla cada quien, y que no es lo mismo “periodista” que “comunicadora”.
Claro que hay periodismo desde el poder, como el de un famoso personaje que defiende a ultranza a la policía de la Ciudad de México criminalizando y victimizando a la ciudadanía constantemente, o la que trató de achacar la renuncia de la Comisionada Nacional de Búsqueda a la poca cooperación de las fiscalías estatales cuando se rumoraba (ahora se sabe) que fue causada por presidencia ejerciendo presión para que “rasurara” el registro nacional de desaparecidos.
Pero el periodismo en sí suele ser incómodo para las esferas del poder, como Zona Docs denunciando al cartel inmobiliario y los abusos de las empresas en Jalisco, la Cooperativa de Periodismo reporteando sobre desalojos ilegales en la Ciudad de México, Verificado que desde Monterrey y bajo la simple premisa de exponer lo que es cierto o falso le ha hecho ruido a tantos gobiernos, Conexión Migrante que decidió no hablar de migrantes sino hablarle a los migrantes o el proyecto A Dónde Van Los Desaparecidos que día a día habla de una de las problemáticas más complejas de nuestra sociedad.
Este es el periodismo que pisa callos: las empresas los tachan de estar en contra del progreso; los políticos, comenzando por el presidente, los señalan de “conservadores” u “opositores” a sus proyectos y los medios masivos no los invitan a sus mesas de discusión.
Porque este periodismo se hace desde los hechos y los datos, reflejando frecuentemente una realidad que al poder no le interesa porque le hace ver falible (lo cual no tiene en sí nada de malo), de ahí salió el famosísimo “lo bueno casi no se cuenta” del Peña Nieto el intocable. Por eso es importante la honestidad de decir si se representa a un grupo de poder y que de acuerdo a eso se hablará de todo lo que ha hecho bien.
Porque decir que todo va bien no es noticia, es propaganda.

