Verdad y Justicia
Por Séverine Durin *
El 15 de octubre, para contrarrestar información compartida en redes sociales sobre mujeres privadas de la libertad, la Fiscalía General de Justicia en Nuevo León emitió el siguiente mensaje: «Con respecto a la «cadena» que se ha viralizado en WhatsApp y redes sociales sobre «levantones» o privaciones de la libertad de mujeres, informamos que tales mensajes carecen de sustento ya que no se ha reportado ningún hecho con esas características en el Estado.
Seamos cuidadosos con la información que recibimos y no contribuyamos con quien sólo desea causar intranquilidad en personas susceptibles”.[1]
Tal parece que la publicación en Facebook de la Fiscalía fue más viral y discutida que las denuncias aludidas. Dio lugar a mil doscientos comentarios y fue compartida casi 3 mil veces: generó polémica. Sí, se debe ser cuidadoso con la información, y para esto es fundamental la transparencia.
Pero conseguir cifras acerca de las personas desaparecidas en México se ha vuelto una odisea desde que el 30 de abril de 2018 se dejó de publicar el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas.
A la fecha, carecemos de datos actualizados y desglosados, a pesar de que ésta sea ahora atribución de la Comisión Nacional de Búsqueda.
En Nuevo León, es atribución del Grupo Especializado en Búsqueda Inmediata (GEBI), de la Agencia Estatal de Investigación, investigar las denuncias por desaparición durante las primeras 72 horas; éste emite reportes de búsqueda, y de localización.[2]
Varias académicas[3] revisamos la página de Facebook del GEBI y sistematizamos la información disponible para saber ¿qué tantas mujeres desaparecieron en Nuevo León en lo que va del año, y cuántas no han sido localizadas?
Desde enero al 15 de octubre, 634 personas fueron reportadas como desaparecidas, y el número de mujeres desaparecidas ha ido en aumento. 31% del total de estas personas permanecen sin localizar:[4] 140 varones y 59 mujeres.


Olvídese de las cifras, y cierre los ojos. Imagínese a su hija, su hermana menor, su sobrina, la hija de su amigo. Si es usted una adolescente, respire hondo, pues son aquellas de entre 12 y 17 años quienes quedan sin aparecer con mayor frecuencia.[5][6]
Ésta es una de las características más lacerante de la práctica contemporánea de la desaparición, vigente en Nuevo León, y en el país.
Es urgente responder con acciones a esta dolorosa pregunta: ¿por qué son las niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años quienes, con más frecuencia, desaparecen y permanecen sin localizar? ¿Por qué sí está fundado el temor a desaparecer cuando se es una joven? También, preguntémonos por estas mujeres, adultas, de quienes no se sabe dónde están. ¿Qué les habrá pasado? Es obligación del Estado investigarlo.
Los datos aquí presentados indican que las denuncias de mujeres desaparecidas deberían investigarse desde una perspectiva de género, por personas capacitadas desde este enfoque, para priorizar las acciones de investigación a seguir, y localizar con prontitud a las desaparecidas.
Porque, así como a los asesinatos de mujeres se les ha de investigar como presuntos feminicidios porque se les suele matar por la dominación masculina, por la cosificación y el sentido de propiedad de los varones a su respeto, así las desapariciones de niñas y mujeres deben atenderse desde una perspectiva de género.
No podemos obviar que los feminicidios, la trata de personas para fines sexuales, y las desapariciones de mujeres y niñas son parte de una violencia estructural, que considera a todo lo femenino como inferior.
Estas violencias ejercidas en contra de las niñas y mujeres son diferentes expresiones del patriarcado, y si queremos a nuestras niñas, hermanas y madres de vuelta a casa, las fiscalías encargadas de investigar estos delitos han de ser reformadas, en lugar de desmentir tan lacerante realidad. Sí, las adolescentes y sus madres viven con miedo a que las desaparezcan.
[1] https://www.facebook.com/fiscaliageneraldejusticianl/posts/1287480298254278
[2] No se informa si las personas son localizadas vivas o sin vida
[3] Agradezco la colaboración de Raquel Ramos, Mónica Martínez, Jessika Juárez y Mónica Bayuelo
[4] Hasta el 16 de octubre
[5] Monterrey (11), García (10) y Guadalupe (10) presentan una mayor incidencia de mujeres sin localizar.
[6] Para los varones, destacan aquellos entre 30 y 44 años.
