EN CORTO
- Circulan publicaciones que aseguran que una nueva reforma a la Constitución de la Ciudad de México eliminó el derecho a la propiedad privada.
- Sin embargo, el derecho a la propiedad privada está reconocido en la Constitución federal y por tanto, no puede eliminarse a través de una regulación local.
- La propiedad privada está reconocida en los artículos 10 y 16 de la Carta Magna de la CDMX y la reforma solo unifica la postura de la Constitución local con la Constitución federal.
- La nueva reforma tampoco implica la supuesta «expropiación de propiedades», pues las expropiaciones ya están contempladas en el artículo 27 de la Constitución federal.
Por Melina Barbosa
Después de que el lunes 2 de septiembre, el jefe de Gobierno, Martí Batres, presentó el decreto por el que se reformó el artículo 3 de la Constitución de la CDMX, comenzaron a circular publicaciones que señalan que esta decisión supuestamente «elimina el derecho a la propiedad privada».
Con descripciones como «4T elimina propiedad privada de Constitución de CDMX» y «Empieza #MexeZuela. Ya no existe el término propiedad privada en la constitución», usuarios de redes sociales y algunos medios alertaron que la reforma atenta contra la posesión de bienes en la capital del país.
Pero la nueva reforma que fue aprobada no solo por MORENA, sino también por el PAN y el PRI no elimina la propiedad privada, y en realidad modifica el artículo 3 que plantea los principios rectores a seguir en la Ciudad de México.
Antes el artículo dictaba que «La Ciudad de México asume como principios: (…) el respeto a la propiedad privada”, mientras que la nueva modificación establece «el respeto a la propiedad en los mismos términos del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos».
Personas expertas en derecho a la vivienda como la abogada, Carla Escoffié explicaron que Martí Batres propuso que la constitución de CDMX mencione «propiedad privada, pública y social» pero el Congreso optó por que la redacción del artículo 3 de la constitución local sea la misma que el artículo 27 de la constitución federal.
De acuerdo con el artículo 27 de la Constitución Política, la tierra y el agua del país son propiedad de la nación mexicana. Esto significa que el país por sí mismo es el dueño de todo el territorio.
Sin embargo, la Nación puede permitir que personas privadas (individuos o empresas) tengan derechos sobre partes de esa tierra y agua, permitiéndoles usarla como su propiedad privada. Así, la Nación sigue siendo la dueña, pero puede ceder algunos derechos a particulares.
Ahora ¿qué decía y qué dice ahora el artículo 3 de la Constitución de CDMX? Antes se hablaba de propiedad privada. Batres propuso que diga "propiedad privada, pública y social". Y el Congreso dijo "no, lo que haremos es decir que será igual que el artículo 27 federal". pic.twitter.com/dC7W327SQd
— Carla Escoffié (@carlaescoffie) September 3, 2024
Contrario a lo que circula en redes y algunos medios, la nueva reforma tampoco deja la puerta abierta a la supuesta «expropiación de propiedades», un medio por el cual el Estado impone a un particular la cesión de su propiedad por existir una causa de utilidad pública debidamente mostrada y mediante la compensación que al particular se le otorga por la privación de esa propiedad.
Las expropiaciones ya están contempladas en el artículo 27 de la Constitución federal, y la Ley de Expropiación establece los lineamientos para estos procedimientos que suelen hacerse por medio de negociaciones.
En las expropiaciones de propiedad se avisa con anticipación a la parte propietaria del interés en su bien inmueble y se acuerda un precio para la indemnización antes de iniciar el proceso.
Además, la ciudadanía puede defenderse de una expropiación a través de los juicios de amparo, o juicios de nulidad si el daño a la propiedad se deriva de una sentencia judicial.
Por otro lado, también es importante señalar que los bancos y desarrolladoras no necesitan reformas para sacar a personas que han vivido décadas en sus casas, pues en la CDMX actualmente abundan los casos de desalojos forzados.
Los bancos y desarrolladoras no necesitan reformas falsas (o exageradas) para desalojar a personas mayores que han vivido décadas en sus casas, han hecho comunidad y lxs dejan sin nada https://t.co/v2BhMs3mMa
— Danielle Zorrite 🦊🇵🇸🏳️⚧️ (elle/ella) (@zorroconlentes) September 4, 2024
Supuestos dueños de departamentos que realizan mobbing (acoso) inmobiliario, juicios simulados, falsificación de documentos, dueños que obligan a salir a inquilinos de la noche a la mañana bajo el argumento de que el edificio será remodelado para convertirse en espacios de oficina o rentarlos en la plataforma turística Airbnb, han orillado a cientos de personas a desplazarse de sus hogares en la Ciudad de México.
Eliminación de la propiedad privada: una desinformación recurrente
La narrativa sobre los supuestos planes de Morena y simpatizantes de la 4T de eliminar la propiedad privada no es nueva, pues en 2024 Verificado detectó que circularon varias desinformaciones al respecto:
- En enero de 2024 circuló que el gobierno buscó instaurar una nueva Constitución que eliminaría el derecho de la propiedad privada, pero esto resultó ser falso.
- Claudia Delgadillo, aspirante de Morena al gobierno de Jalisco NO propuso acabar con la propiedad privada, el video que circuló en febrero acusándola de atentar contra la propiedad fue sacado de contexto
- En mayo, un mes antes de las elecciones presidenciales, se viralizó un video montaje de Claudia Sheinbaum diciendo que cerrará «todas las iglesias» y quitará la propiedad privada.
- En junio, usuarios de redes sociales replicaron mensajes y un video que alertaban sobre el fin de la propiedad privada una vez que se apruebe la iniciativa de reforma de vivienda impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
- Pero la reforma de vivienda e INFONAVIT no implica la pérdida de viviendas por parte de los propietarios que decidan rentarlas, sino que plantea un nuevo sistema de arrendamiento que permitirá a las personas trabajadoras (del sector formal) obtener crédito barato y suficiente para la adquisición o mejora de una vivienda.