EN CORTO
- El gobierno de Donald Trump reemplazó varios sitios de información oficial sobre el Covid-19 con una página titulada “Fuga de laboratorio. Los verdaderos orígenes del Covid-19”.
- El sitio expone un informe con conclusiones de miembros del Congreso (con mayoría republicana) sobre la pandemia. Se trata de un reporte que no cumple estándares científicos y que promueve que el Covid-19 “probablemente surgió de una fuga en un laboratorio de Wuhan”.
- Lab Leak también desinforma sobre la efectividad de medidas contra el Covid-19 recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones sanitarias.
Por Melina Barbosa
El 18 de abril de 2025, la Casa Blanca bajo la administración del republicano Donald Trump, reemplazó los sitios de información oficial sobre el coronavirus como covid.gov y covidtests.gov por la página denominada “Fuga de laboratorio. Los verdaderos orígenes del Covid-19”.El nuevo sitio muestra un informe que rechaza la evidencia científica sobre el origen zoonótico del coronavirus y que critica las medidas adoptadas por el gobierno de Joe Biden durante la pandemia.
«De la forma más atroz, el gobierno federal demonizó los tratamientos alternativos y las narrativas desfavorecidas, como la fuga del laboratorio, en un vergonzoso esfuerzo por coaccionar y controlar las decisiones sanitarias del pueblo estadounidense. Cuando esos esfuerzos fracasaron, la Administración Biden recurrió a la censura total, coaccionando y confabulando con las mayores empresas de medios sociales del mundo para censurar toda disidencia relacionada con el COVID-19», se lee en Lab Leak.
El sitio se basa en un documento publicado en diciembre de 2024 que presenta las posturas de una subcomisión de la Cámara de Representantes tanto republicanos como demócratas, aunque la mayoría republicana tiene más peso en las conclusiones redactadas.
Se trata de un texto que no es un trabajo académico ni está sujeto a estándares científicos como la revisión por pares.
Otros medios dedicados a la verificación de datos como Maldita.es y Factchequeado explican que los trabajos académicos están sujetos a varios estándares como la revisión por pares (un proceso por el que otros expertos en un asunto revisan el documento antes de que sea publicado en busca de errores, fallos metodológicos, incoherencias o dudas), la refutabilidad, el planteamiento y la comprobación de hipótesis o la publicación en alguna revista científica para que el resto de la comunidad tenga acceso a ella.
Mientras que el informe en el que se basa Lab Leak no fue revisado por pares, no plantea ni pone a prueba una hipótesis y fue elaborado a partir de entrevistas, audiencias y documentos con el objetivo de «servir de hoja de ruta para que el Congreso, el Poder Ejecutivo y el sector privado se preparen y respondan a futuras pandemias».
El origen zoonótico del Covid-19 es la hipótesis con más evidencias científicas
Sin refutar la evidencia que apunta a un origen zoonótico del coronavirus, el informe en el que se basa Lab Leak concluye que “el COVID-19 probablemente surgió de un laboratorio en Wuhan” como resultado de un escape o accidente de investigación.
De igual forma, plantea que el patógeno “posee características biológicas que no se encuentran en la naturaleza”, que en Wuhan se encuentra “el principal laboratorio de investigación de China de síndrome agudo respiratorio grave (SARS)” y con historial de haber hecho “investigaciones de ganancia de función”, un tipo de estudio que ‘mejora’ algunas características de los patógenos.
El informe incluso afirma que si hubiera evidencias de que el coronavirus tiene origen natural “ya habría salido a la luz”, lo que cae en una evidencia de ausencia. La ausencia de pruebas sobre un hecho no implica que ese hecho no exista, como indica la Biblioteca Cochrane: solo significa que aún no hay suficiente información para confirmarlo o descartarlo.
Otra cuestión importante que no considera el informe de la subcomisión es que el descubrimiento del origen de otros virus tardó muchos años, como ocurrió con el MERS, el virus de Marburgo o el VIH.
Hasta el momento, el origen natural (zoonótico, que es un virus originario de animales que pasó a humanos) del Covid-19 es la hipótesis que acumula más evidencias científicas sólidas.
En julio de 2021, la OMS conformó un Grupo Asesor Científico para los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO, siglas en inglés). A este grupo de expertos, compuesto por 27 profesionales de la salud pública de todo el mundo, le corresponde la tarea de asesorar a la OMS en cuanto a patógenos emergentes, ya sean los que ahora mismo preocupan a nivel sanitario (el virus de Marburgo o el mpox, entre otros) o los que pudieran hacerlo en el futuro. También es el equipo responsable de investigar y recopilar evidencias sobre el origen del SARS-CoV-2.
Su último informe sobre el origen del coronavirus, publicado en junio de 2022, recoge que los datos epidemiológicos y de secuenciación del coronavirus apuntan a que este patógeno tiene un origen zoonótico.
Apoya esta hipótesis el hecho de que los virus genéticamente más cercanos al SARS-CoV-2 son los betacoronavirus, identificados en murciélagos de herradura (Rhinolophus sinicus) en China en 2013 (96,1% de similitud al SARS-CoV-2) y en Laos en 2020 (96,8%).
Para llegar a esta conclusión, el SAGO ha recopilado toda la información científica disponible hasta la fecha de redacción del informe (abril de 2022).
No obstante, admite que hay datos clave que aún se desconocen -por ejemplo, no se han identificado los progenitores del virus (sus raíces), sus hospedadores naturales o intermedios (los organismos que lo portaron), o algún evento clave de derrame zoonótico (cuando entran en contacto una población animal que es reservorio de un patógeno con otra nueva que se convierte en huésped)- y sus afirmaciones deben interpretarse como un trabajo en curso, no definitivo.
Hasta la fecha, no existe una conclusión definitiva que descarte otras hipótesis más improbables, como el escape de un laboratorio.
Lab Leak cuestiona medidas efectivas contra el Covid-19
La nueva web de la Casa Blanca critica algunas medidas tomadas durante la pandemia (distanciamiento social, tapabocas, confinamientos) y considera que se hicieron «sin evidencia científica». Estas conclusiones también provienen del informe del Congreso.
Uso del cubrebocas
El informe considera que “no hay evidencia concluyente de que los tapabocas protegieran efectivamente frente al Covid-19” y que las autoridades de salud pública “no proporcionaron datos científicos” para recomendar su uso, “lo que provocó un aumento masivo de la desconfianza pública”.
Pero datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) confirman que los cubrebocas pueden ayudar a reducir el riesgo de transmisión del Covid-19 y otros virus respiratorios.
Cuando se usan adecuadamente, los cubrebocas filtran el aire que respiramos para que esos virus y otros organismos se queden fuera (o dentro, si los infectados somos nosotros).
Diversos estudios, como una gran revisión sistemática de 172 diseños de estudio diferentes, que incluyó a 25.697 pacientes con SARS-CoV-2, SARS o MERS, concluyó que las mascarillas sí fueron efectivas para prevenir la transmisión de estos virus respiratorios.
Además, otros estudios durante la pandemia mostraron que cualquier mascarilla reduce el riesgo de transmisión de COVID-19 en un 50-80 %, con la protección más alta que ofrecen los respiradores N95.
Distanciamiento social
Lab Leak y el informe del congreso mencionan que esta recomendación de mantener una separación de “6 pies” (1.80 metros) era “arbitraria y no basada en la ciencia”, considerando que se trató de una de las políticas “con mayor impacto durante la pandemia de Covid-19” que afectó a la vida diaria de la mayoría de americanos.
El distanciamiento social son las medidas tomadas para detener o frenar la propagación de una enfermedad contagiosa. En el caso de un individuo, se refiere a mantener una distancia suficiente entre él y otra persona para reducir el riesgo de inhalar las gotas que se producen cuando una persona infectada tose o estornuda. En una comunidad, las medidas de distanciamiento social pueden incluir la limitación o cancelación de grandes reuniones de personas, explica la Escuela de Medicina de Harvard.
El distanciamiento social significa, según los CDC (los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos), no entrar en lugares donde el contacto cercano con muchas otras personas puede ocurrir (centros comerciales, cines, estadios…), evitar las aglomeraciones de personas y mantener la distancia (unos 2 metros) con otras personas si es posible.
En 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó instaurar medidas de salud pública como practicar el distanciamiento social para aplanar la curva epidémica y que el sistema sanitario pudiera absorber todos lo casos.
Confinamiento
El informe señala que los confinamientos fueron la principal causa del cierre de negocios en Estados Unidos. Sin embargo, el mismo texto reconoce que el impacto económico también fue ocasionado por “un cambio dramático en el comportamiento de los consumidores” que afectó en mayor medida a establecimientos físicos y pequeños negocios.
¿Y las vacunas?
Sobre las vacunas contra el Covid-19, el informe de la subcomisión de la Cámara de Representantes afirma que las vacunas no impiden la transmisión del virus, pero al mismo tiempo reconoce que salvaron millones de vidas.
Esta información no fue incluida en la nueva página web de la Casa Blanca.
LINKS | FUENTES:
Select Subcommittee on the Coronavirus Pandemic | Committee on Oversight and Government Reform