Circulan publicaciones falsas sobre vacunas contra Covid-19 y supuestos tratamientos para ‘remover metales pesados’ del cuerpo

Fecha:

Comparte:

Por Melina Barbosa

Usuarios de redes sociales nuevamente han compartido diversas afirmaciones sobre la formulación de las vacunas contra el coronavirus y ‘tratamientos’ para sus efectos adversos.

En esta ocasión, circula una imagen que recomienda el consumo de ciertos suplementos alimenticios a las personas vacunadas, ya que estos supuestamente sirven para «sacar el grafeno del cuerpo» y «remover los metales pesados».

Sin embargo, las vacunas contra el coronavirus no contienen grafeno ni metales pesados, y hasta la fecha, los datos son insuficientes para respaldar las recomendaciones a favor o en contra del uso de cualquier vitamina, mineral, hierba u otro ingrediente botánico, ácido graso u otro suplemento dietético para prevenir o tratar el COVID-19.

No, las vacunas no contienen “metales pesados”

Berta Domènech Garcia, doctora en Química e investigadora de la Universidad Tecnológica de Hamburgo especializada en nanotecnología y nanomateriales, explicó a Maldita.es que el grafeno (sustancia compuesta por carbono parecido al grafito) es «una capa de átomos de carbono empaquetados en forma de hexágonos contiguos, como un panal de abejas». Y el óxido de grafeno (GO, por sus siglas en inglés) es la forma oxidada del grafeno. «Es decir, grafeno funcionalizado con grupos que contienen oxígeno», señaló Domènech.

En esta línea, ninguna de las vacunas contra el coronavirus contienen óxido de grafeno. Así lo demuestra la composición de las vacunas aprobadas de  AstraZenecaSputnikSinopharm, Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.

Además, como verificó Chequeado en esta nota, «no hay nada magnético en las formulaciones de las vacunas, la mayor parte de lo que se inyecta es agua extremadamente pura y algunas sales simples para que la inyección sea menos dolorosa más una cantidad absolutamente pequeña de vacuna».

Sobre la efectividad de los suplementos alimenticios ante el COVID-19

En algunos comentarios de las publicaciones ampliamente difundidas, y que incluyen la imagen del listado de suplementos ‘recomendados’ para las personas vacunadas, se cita como fuente a los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés), mismo que ha sido objeto de otras desinformaciones que ya se han verificado anteriormente.

Si bien es cierto que en el portal oficial de los NIH aparece una entrada denominada «Suplementos dietéticos en tiempos de COVID-19», la misma investigación aclara que «actualmente, los datos son insuficientes para respaldar las recomendaciones a favor o en contra del uso de cualquier vitamina, mineral, hierba u otro ingrediente botánico, ácido graso u otro suplemento dietético para prevenir o tratar el COVID-19″. 

Y por ley, los suplementos dietéticos no pueden comercializarse como tratamiento, prevención o cura para ninguna enfermedad; sólo los medicamentos pueden legalmente hacer tales afirmaciones.

No obstante, las ventas de suplementos dietéticos comercializados para la salud inmunológica aumentaron después de la aparición del COVID-19 porque muchas personas esperaban que estos productos pudieran brindar cierta protección contra la infección por SARS-CoV-2 y, para quienes desarrollan el COVID-19, ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad.

El reporte de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos explica que las personas requieren varias vitaminas y minerales, incluidas la vitamina C, la vitamina D y el zinc, para una función inmunológica adecuada, y las deficiencias clínicas de estos nutrientes pueden aumentar la susceptibilidad a las infecciones

Otros ingredientes de suplementos dietéticos, como los productos botánicos y los probióticos, no tienen funciones esenciales en el cuerpo, pero pueden afectar la función inmunológica.

Pero, medir el impacto en el sistema inmunitario de las vitaminas, los minerales y otros ingredientes de suplementos dietéticos es difícil porque el sistema inmunitario es una red compleja de órganos, tejidos y células; no existe una medida única y directa de la función del sistema inmunitario y la resistencia a las enfermedades.

Las vacunas contra COVID-19 son seguras y altamente efectivas para reducir el riesgo de enfermedad grave.

Los tratamientos farmacológicos también están disponibles, pero no existe una cura para el SARS-CoV-2. Por lo tanto, el interés en los ingredientes de suplementos dietéticos que podrían mejorar la función inmunológica y reducir la inflamación para ayudar a prevenir el virus o controlar sus signos y síntomas sigue siendo alto. 

Muchos de estos ingredientes no se han estudiado en personas con COVID-19, pero las investigaciones sugieren que podrían mejorar la función inmunológica y ayudar a prevenir o reducir los síntomas del resfriado común, la influenza y otras infecciones del tracto respiratorio. 

En esta materia, algunos científicos creen que podrían ser prometedores para el COVID-19, aunque la solidez de la evidencia que respalda estas especulaciones varía ampliamente.

Por ejemplo, muchos estudios han examinado las asociaciones entre las concentraciones séricas o plasmáticas de vitaminas o minerales y el riesgo de infección por COVID-19 o la gravedad de la enfermedad. Aunque las concentraciones de nutrientes en suero o plasma pueden no reflejar las reservas corporales. 

De igual manera, la aparición de la enfermedad puede causar bajas (o a veces altas) concentraciones de nutrientes; entonces no se puede suponer que las concentraciones de nutrientes observadas en estos estudios contribuyeron a la aparición de COVID-19 o su gravedad.

Además, muchos ensayos clínicos en pacientes con COVID-19 tuvieron muestras pequeñas, no fueron aleatorizados ni controlados con placebo y midieron múltiples resultados, lo que complica la interpretación de sus resultados.

La siguiente hoja informativa de los NIH resume el estado de la ciencia sobre la seguridad y la eficacia de algunos de los suplementos dietéticos que se mencionan en la imagen compartida en redes.

Pero ojo, estos ensayos se llevan a cabo en los Estados Unidos y en el caso de los productos botánicos, la información a menudo se basa en informes de casos individuales e interacciones teóricas derivadas de estudios en animales, ensayos celulares u otra evidencia indirecta. En la mayoría de los casos, las posibles interacciones no se han evaluado adecuadamente en entornos clínicos:

N-acetilcisteína

La N-acetilcisteína (NAC) es un derivado del aminoácido cisteína. Es un antioxidante y aumenta los niveles de glutatión en el cuerpo. NAC tiene actividad mucolítica, por lo que ayuda a reducir los niveles de moco respiratorio. La investigación de laboratorio sugiere que la NAC podría afectar la función del sistema inmunitario y suprimir la replicación viral. La NAC también reduce los niveles de interleucina-6 y tiene otros efectos antiinflamatorios.

Gran parte de la investigación sobre NAC ha utilizado una forma líquida inhalada de este compuesto. Esta forma, que está clasificada como medicamento, no como suplemento dietético, está aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU. (FDA) como agente mucolítico y para disminuir la viscosidad de las secreciones respiratorias. Los productos que contienen NAC también se venden como suplementos dietéticos

Eficacia: los datos son insuficientes para respaldar una recomendación a favor o en contra del uso de suplementos de NAC para prevenir o tratar la COVID-19. Sin embargo, los estudios han evaluado el uso de NAC oral para tratar enfermedades broncopulmonares, como la bronquitis y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), con algunos resultados prometedores en la reducción del número de episodios y la gravedad de los síntomas

Zinc

Una amplia variedad de alimentos contienen zinc, un nutriente esencial. Estos alimentos incluyen ostras, cangrejo, langosta, carne de res, cerdo, aves, frijoles, nueces, granos integrales y productos lácteos. La dosis diaria recomendada de zinc es de 2 a 13 mg para bebés y niños, según la edad, y de 8 a 12 mg para adultos.

El zinc está involucrado en numerosos aspectos del metabolismo celular. El zinc es necesario para la actividad catalítica de aproximadamente 100 enzimas y desempeña un papel en muchos procesos corporales, incluidos los sistemas inmunitarios innato y adaptativo. El zinc también tiene propiedades antivirales y antiinflamatorias, y ayuda a mantener la integridad de las barreras tisulares, como los epitelios respiratorios. Además, el zinc es necesario para el sentido del gusto y el olfato.

La deficiencia de zinc afecta negativamente la función inmunológica al afectar la formación, activación y maduración de los linfocitos. Asimismo, la deficiencia de zinc disminuye las proporciones de células T auxiliares y supresoras, la producción de interleucina-2 y la actividad de las células asesinas naturales y las células T citotóxicas. La deficiencia de zinc se asocia con niveles elevados de mediadores proinflamatorios. Estos efectos sobre la respuesta inmunitaria probablemente aumentan la susceptibilidad a infecciones y enfermedades inflamatorias, especialmente las que afectan a los pulmones.

Los estudios han encontrado asociaciones entre niveles bajos de zinc y un mayor riesgo de infecciones virales y las personas con deficiencia de zinc tienen un mayor riesgo de diarrea y enfermedades respiratorias. El estado deficiente de zinc también es común entre las personas con VIH y hepatitis C y es un factor de riesgo de neumonía en adultos mayores.

Aunque la deficiencia de zinc no es común en los Estados Unidos, el 15 % de la población estadounidense podría obtener cantidades marginales de zinc. Los adultos mayores se encuentran entre los grupos con mayor probabilidad de tener ingestas bajas.

Eficacia: Actualmente, los datos son insuficientes para respaldar las recomendaciones a favor o en contra del uso de zinc para prevenir o tratar el COVID-19. Sin embargo, debido al papel del zinc en el sistema inmunitario y en el mantenimiento de la integridad epitelial, sus actividades antivirales y sus efectos antiinflamatorios, algunos investigadores creen que la ingesta adecuada de zinc podría reducir el riesgo de COVID-19 y su gravedadEvidencia de que las pastillas de zinc podrían ayudar a acortar la duración del resfriado común también ha estimulado el interés en la suplementación con zinc para ayudar a tratar el COVID-19. De igual manera, algunos investigadores creen que los suplementos de zinc podrían ayudar a reducir la gravedad de algunos de los síntomas de la COVID-19, como la diarrea y la pérdida del gusto y el olfato.

Vitamina C

La vitamina C, también llamada ácido ascórbico, es un nutriente esencial que se encuentra en muchas frutas y verduras , incluidos los cítricos, los tomates, las papas, los pimientos rojos y verdes, el kiwi, el brócoli, las fresas, las coles de Bruselas y el melón. La dosis diaria recomendada varía de 15 a 115 mg para bebés y niños, según la edad, y de 75 a 120 mg para adultos que no fuman; las personas que fuman necesitan 35 mg más por día.

La vitamina C juega un papel importante tanto en la inmunidad innata como en la adaptativa, probablemente debido a sus efectos antioxidantes, acciones antimicrobianas y antivirales, y efectos sobre los moduladores del sistema inmunitario La vitamina C ayuda a mantener la integridad epitelial, mejora la diferenciación y proliferación de células B y T, mejora la fagocitosis, normaliza la producción de citoquinas y disminuye los niveles de histamina. También podría inhibir la replicación viral.

La deficiencia de vitamina C afecta la función inmunológica y aumenta la susceptibilidad a las infecciones. Algunas investigaciones sugieren que la vitamina C suplementaria mejora la función inmunológica, pero sus efectos pueden variar según el estado de vitamina C de un individuo.

La deficiencia de vitamina C es poco común en los Estados Unidos y afecta solo al 7 % de las personas de 6 años o más. Las personas que fuman y aquellas cuyas dietas incluyen una variedad limitada de alimentos (como algunos adultos mayores y personas con trastornos por consumo de alcohol o drogas) tienen más probabilidades que otras de obtener cantidades insuficientes de vitamina C.

Eficacia: Actualmente, los datos son insuficientes para respaldar una recomendación a favor o en contra del uso de suplementos de vitamina C para prevenir o tratar la COVID-19. Sin embargo, muchos investigadores recomiendan estudiar la vitamina C como terapia adyuvante para la COVID-19, incluida su posible capacidad para reducir la inflamación y la lesión vascular en estos pacientes.

Quercetina

La quercetina es un flavonol (un compuesto polifenólico) presente en muchas frutas, verduras, especias y bebidas, incluidos los cítricos, las manzanas, las cebollas, las bayas, el brócoli, el cilantro, el eneldo, el té y el vino tinto.

La investigación sugiere que la quercetina podría tener efectos antioxidantes, antivirales, antiinflamatorios e inmunomoduladores. También podría inhibir la agregación plaquetaria. La quercetina tiene una biodisponibilidad oral muy baja, que oscila entre el 3 y el 17% , pero combinarla con lecitina de girasol aumenta su biodisponibilidad hasta 20 veces.

Eficacia: Los resultados han sido mixtos en algunos ensayos clínicos que examinaron los efectos de 500 y 1000 mg/día de quercetina (a veces en combinación con vitamina C o niacina) sobre el riesgo de infecciones del tracto respiratorio superior y la gravedad de los síntomas de estas infecciones. Debido a su estructura molecular y propiedades farmacológicas, algunos investigadores creen que la quercetina podría inhibir el virus SARS-CoV-2, por lo que recomiendan estudiar su uso para reducir el riesgo de COVID-19.

La quercetina también podría reducir la inflamación y el daño a los órganos, como la lesión renal aguda, que ocurre en algunos pacientes críticos con COVID-19.

Otros recomiendan estudiar la combinación de quercetina con vitamina C porque estas sustancias podrían tener una sinergia antioxidante. No obstante, en este momento, solo un par de ensayos clínicos preliminares han examinado el uso de suplementos de quercetina en pacientes con COVID-19.

Falso que consumir Glutatión sirva para combatir los efectos secundarios de las vacunas

Otra de las desinformaciones que circula sobre la misma imagen es que consumir Glutatión sirve para combatir los efectos adversos de las vacunas.

Pero, según datos de una verificación realizada por el diario peruano La República, no hay un vínculo directo entre la reducción de los efectos secundarios de la vacunación y la ingesta de Glutatión (N-acetilcisteína), zinc y vitamina D.

Si bien, algunas de estas sustancias pueden tener resultados positivos para el sistema inmunológico, su efecto no está relacionado con aliviar las posibles reacciones adversas de las vacunas.

En el caso del Glutatión, el inmunólogo y reumatólogo Oswaldo Castañeda explicó en entrevista con La República que se trata de un antioxidante que, con el paso de los años, va disminuyendo en el organismo, «lo que favorece el envejecimiento».

Sin embargo, su consumo «no tiene un efecto de mejorar el sistema inmune de manera directa”, ni evita las posibles reacciones después de ponerse una vacuna. “No tiene ningún papel ahí, ni malo ni bueno», detalló Castañeda.

Con respecto al zinc y la vitamina D, indicó que ambas sustancias son importantes para el normal funcionamiento del sistema inmunológico. Por lo tanto, su deficiencia en el organismo amerita el consumo de suplementos aunque «mejorar el sistema inmune no va a impedir que el paciente tenga molestias”. Y si, por el contrario, la persona no tiene déficit de zinc o vitamina D, recomendar su consumo resulta innecesario.

La cardioaspirina, por su parte, tiene un efecto para prevenir la trombosis y en cuanto a la silimarina, debido a su efecto hepático, «no tiene ningún papel» con la vacunación.

El especialista agregó que no hay relación directa entre las vacunas y el consumo de alimentos con harinas, azúcares y lácteos, al igual que ‘caminar sobre la tierra’.

«Son recomendaciones generales que no tienen nada que ver con el asunto específico de la vacuna», concluyó.


LINKS / FUENTES:

¿Qué hacemos en verificado?

Somos un medio de comunicación especializado en el Fact Checking o verificación de hechos; se refiere a la labor de confirmar y comprobar hechos y datos.

━ Recomendado

Falso que eliminaron la visa de EU para personas latinoamericanas

Por Diana Soto El gobierno de Estados Unidos no ha anunciado modificaciones en la expedición de la visa para ciertos grupos de personas, contrario a...

De qué se trata el programa para disminuir deserción estudiantil “La Escuela te Extraña”

EN CORTO Mario Delgado presentó “La Escuela te Extraña”, un programa enfocado en reducir la deserción en educación media superior que contempla (entre otras...

1 de cada 5 cinco hospitalizaciones en Nuevo León está ligada a la violencia

Las hospitalizaciones como consecuencia de hechos violentos crecen día con día en la entidad, siendo las más afectadas las mujeres víctimas de abuso...

Cuarto informe: Nuevo León no es primer lugar en todo como presumió Samuel García

Por Debanhi Soto y Melina Barbosa Por tercer año consecutivo, el gobernador Samuel García Sepúlveda incumplió con la obligación constitucional de rendir su informe en...

No hay una norma oficial que prohíba entrar con alimentos y sombrillas a las playas de Tulum

Por Diana Soto Diego Castañón Trejo, el presidente municipal de Tulum, publicó un video en el que invita a personas locales, turistas nacionales e internacionales...