- En Nuevo León el 18% de las mujeres adultas mayores cuidan a otras personas de la tercera edad por cargas sociales y económicas.
Por Leslie Orozco
El trabajo de cuidados es mayormente realizado por mujeres en el 86% de los casos y esta situación se extiende a aquellas que se encuentran dentro del sector de la tercera edad.
Tras cuidar a una familia durante sus años de juventud y adultez, muchas mujeres extienden estas labores hasta después de los 60 años, fuera de su círculo familiar y con el objetivo de seguir generando ingresos.
De acuerdo al artículo “Dependencias/independencias, cargas y sobre cargas socio-económicas de mujeres mayores de 60 años en el Estado de Nuevo León” de la doctora Myrna Elia García y Cuauhtémoc Sánchez, el 17.6% de las mujeres por arriba de los 60 años desempeñan estas tareas.
Para 2021, el Instituto Estatal de las Personas Adultas Mayores (IEPAM) encontró que, del grupo de personas adultas mayores de 70 años, los que realizan labores de cuidado son en su totalidad mujeres, debido a la supervivencia prolongada de algunas personas mayores.
Las mujeres que cuidan
En la mayoría de los casos donde una persona requiere de asistencia, la cuidadora tiene algún parentesco con el “paciente”, en la mayoría de los casos, se le asigna la responsabilidad a las esposas, hijas, nietas, entre otros familiares.
Las atenciones que las cuidadoras realizan dependen de la situación de la persona que depende de ellas, como la administración de medicamentos, movilizar al individuo, apoyo emocional, tareas domésticas, control de la salud, ejercicios y terapias, manejo de emergencias.
De acuerdo con Julia Reyna, una enfermera particular que lleva más de 25 años ejerciendo en un asilo, asegura que estas tareas pueden afectar tanto en la salud física como la mental, además, comenta que con el paso del tiempo es más difícil desempeñar ciertas actividades.
“El esfuerzo que se hace al levantar un paciente es inmenso porque la mayoría no coopera o tiene menos fuerza para incorporarse eso repercute en tus músculos, articulaciones y cintura o columna sufres desgaste de huesos o callosidades internas en sistema óseo en general y cansancio por las horas de trabajo”.
Respecto a la salud mental, la enfermera que en un par de años será del grupo de personas adultas mayores, comenta que gran parte de las personas en asilos padecen enfermedades mentales, por lo que al momento de asistirles cuentan sus experiencias de vida, que, desgastan a los cuidadores emocionalmente, pues se experimenta estrés.
De hecho, es recurrente que las personas que cuidan de otros se vean afectados en su salud mental. En una entrevista con la doctora Claudia Ortiz Zapata, geriatra y gerontóloga del Colegio de Geriatras en el Estado de Nuevo León, comentó que el estar cuidando a familiares o desconocidos causa fatiga psicológica.
“(Las personas cuidadoras) pueden llegar a sufrir de fuertes episodios de ansiedad o depresión. Pueden llegar a tener sus propias enfermedades, que son secundarias a toda esta carga que ellos tienen hasta llegar a pensar en el suicidio de tan cansados fatigados que están psicológicamente”, comentó la especialista integrante de la mesa directiva del Colegio.
En la entrevista, la doctora comentó que las personas que desempeñan estas labores, en especial las mujeres, ya sean cuidadoras informales (familia, amistades, vecinos o conocidos) o formales (con remuneración) no cuentan con un sistema gubernamental de apoyo económico, seguridad social o que procuren el bienestar físico.
Incluso, en el IEPAM reconoce en el Programa Estatal Gerontológico 2019-2025 que “los cuidadores requieren apoyos multifacéticos para garantizar que puedan continuar brindando la atención mientras se considera su propio bienestar” y que “muchos cuidadores enfrentan la carga financiera de los costos asociados con los servicios y suministros médicos, medicamentos y transporte”.
La mayoría de las veces,🤲las labores de cuidado recaen en las mujeres. La doble carga de trabajo limita sus oportunidades educativas y profesionales y afecta su salud física y mental 🫤
Es responsabilidad de todas y todos, juntas y juntos #CuidamosMejor💜#UnGobiernoPresente pic.twitter.com/hPjBMZJUP3
— Secretaría de Igualdad Sustantiva (@IgualdadGobPue) July 25, 2023
En el programa, se puso como objetivo desarrollar campañas de sensibilización de los cuidados y derechos de las y los cuidadores, el cual debería de estar a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social y la Secretaría de Salud, pero no se implementan políticas relacionadas a lo económico o bienestar físico.
Pese a la carga emocional y física, la cuidadora formal Julia Reyna planea seguir ejerciendo su trabajo porque comenta que le ayuda porque no se aburre de atenderlos con amor y paciencia que en ocasiones las familias no le proporcionan al paciente.
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Desigualdad de género hasta en la vejez
Según un artículo de la Revista IEPAM, las mujeres mayores con discapacidad son las únicas que reciben algún tipo de protección social, ya que la pensión por vejez está directamente relacionada con el salario que percibieron durante su vida activa, además de que los programas de pensión orillaban o daban la posibilidad de que la población femenina se retirara antes que los hombres.
Esto implica que aquellas mujeres mayores que no tienen una pensión suficiente y cuidan de familiares o trabajan asistiendo a otros adultos mayores enfrentan una situación económica precaria.
En cuanto a los ingresos de las personas mayores en Nuevo León, el 56% de ellos perciben entre 1,711 y 7,000 pesos al mes. Las principales fuentes de ingresos son las pensiones del IMSS/ISSSTE (55%), las transferencias de otros hogares (32%), el programa «68 y más» (28%), el ahorro o inversión financiera (1.8%), envíos mensuales de familiares (1.1%), y el trabajo (11.2%).
La falta de protección social para las mujeres, sumada a las limitaciones financieras y la discriminación de género, hace que asumir la responsabilidad de cuidar a otros sea una tarea aún más compleja.
El futuro de las personas adultas mayores en el estado
Las reformas que han eliminado los antiguos sistemas de jubilación ponen en una situación vulnerable a las próximas generaciones, pues se espera que en Nuevo León la población adulta mayor se incremente, debido a que se ha ido reduciendo el número de hijos por lo que la cúspide de la pirámide poblacional se está engrosando.
En el estado, la población con 60 años y más pasó de 5.5% en 1980 a 8.7% en el 2010 y alcanzará el 22.1% en el 2050, en donde la población femenina ocupa el mayor espacio.
Entre las necesidades de seguridad económica que requieren las y los adultos mayores se encuentran los medicamentos, espacios para trabajar sin que sean discriminados, inaccesibilidad de servicios financieros, falta de preparación para el retiro.
Actualmente Nuevo León está por encima del nivel nacional en personas que cuentan con pensión contributiva donde combinando otras fuentes de ingreso, se pueden obtener 8 mil 938.47 pesos mensuales, pero solo el 18% de las mujeres adultas mayores cuenta con una pensión, en comparación con el 39% de los hombres.