Ladrando Claro
Por Pablo Pérez
Hoy pienso de nuevo en el caso del agua contaminada en una de las alcaldías de la capital, en donde el gobierno local primero negó el caso para después aceptar que si hay contaminación por hidrocarburos en la zona.
Quiero señalar la reacción de la oposición al lanzar inmediatamente una campaña de desprestigio para sacarle tajada política: Vimos volantes falsamente agravando el problema y hasta supuestos medios periodísticos difundiendo noticias falsas acerca de la hospitalización de personas gravemente intoxicadas.
La gente del equipo del candidato opositor a la jefatura de gobierno se interesó en las dificultades que viven los habitantes de la ciudad que aspira gobernar solo como herramienta para ganar algunos votos indecisos.
Es una de nuestras tradiciones políticas menos éticas, aprovechar las problemáticas o incluso las desgracias que vive nuestra sociedad para cimentar en ellas sus campañas.
No olvidemos los políticos panistas que unas horas después del terrible accidente de la línea 12 del metro ya estaban “tomándose la foto” y prometiendo representación legal, no haciendo una colecta o donando sus recursos para mejorar las condiciones de las víctimas sino tratando a toda costa que lo que ya era malo para un gobierno fuera aún peor mientras ellos se pintan como blancas palomitas.
La estrategia de instrumentalizar a su favor las problemáticas de los ciudadanos para su propio beneficio también la usan los políticos en el poder.
No olvidemos todas las veces que el presidente usa de ejemplo la violencia en estados gobernados por la oposición, como Guanajuato, para hablar de la mala gestión de seguridad como si no hubiera violencia en Veracruz, no se ocultaran cifras de desapariciones en la Ciudad de México y el Gobierno Federal no fuera co-responsable de la seguridad en todo el territorio nacional.
A estas alturas y con el nivel de polarización es difícil pensar que estas burdas campañas tienen un efecto verdadero en los pocos indecisos que quedan en el país.
La clase política mexicana, que debería preocuparse de prevenir y resolver sin distinción partidista las problemáticas de la ciudadanía, nos deja claro día con día que para ellos nuestras desgracias solo merecen atención si les sirven para desprestigiar a su oponentes.
Pablo Pérez (@paperjourno) es periodista y productor audiovisual, de niño quería ser parte de la tripulación del Capitán Cousteau. Estudió Ingeniería Bioquímica, es ganador de un Premio Nacional de Periodismo que lo usa como tope de puerta, es contador de historias y muy crítico de narrativas engañosas.
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