Por Debanhi Soto
La Población Económicamente Ocupada de Nuevo León es de 2.9 millones de personas de los cuales 1 millón 169 mil son mujeres, su párticipación representa la séptima fuerza laboral femenina más grande del país. Sin embargo, pese a su tamaño, las mujeres que trabajan en el estado se enfrentan a desigualdades y brechas de tiempo y salario que afectan su calidad de vida.
De acuerdo a estadísticas del INEGI en 2024, las mujeres de Nuevo León trabajan un promedio de 37.59 horas semanales y los hombres laboran 42.63 horas. Pero, en las labores domésticas no remuneradas, las mujeres tienen jornadas de 39.5 horas semanales mientras que los hombres solo 18 horas a la semana.
Por lo que la jornada laboral de las mujeres es de 77.09 horas semanales y la de los hombres es 60.63 horas a la semana. Esta brecha en el tiempo de trabajo tiene repercusiones en la calidad de vida de las mujeres.
“La mujer tiene una carga (de trabajo) 17 horas mayor que la del hombre. Entonces en este sentido, termina la mujer teniendo una menor calidad de vida, menos tiempo disponible para realizar actividades de ocio y descanso” explicó en entrevista Joana Chapa, directora de la Facultad de Economía de la UANL.
Debemos normalizar la responsabilidad compartida en las tareas del hogar.
De lo contrario, para 2050, las mujeres seguirán dedicando 2,3 horas diarias más que los hombres al trabajo doméstico y no remunerado.
Las tareas del hogar no tienen género.
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— ONU México (@ONUMX) March 6, 2025
Participación en la economía informal, sector al que se ven orilladas las mujeres
En Nuevo León, el 38.9% de las mujeres con un empleo son parte de la informalidad laboral, es decir, que aunque están trabajando no cuentan con seguridad social, protección institucional o prestaciones legales básicas.
Joana Chapa, doctora e investigadora en economía indicó que la causa por la que las mujeres se ven orilladas a trabajar en la informalidad es debido a la desigualdad dentro de los hogares, ya que el trabajo no remunerado (las labores de cuidado y limpieza) suelen caer en ellas por lo que buscan trabajos con horarios “flexibles” y así poder cumplir ambas jornadas.
“El sector informal es más flexible, la mujer puede trabajar jornadas menores a las 8 horas y además puede seleccionar sus horarios (…) Entonces, si la mayor parte del trabajo doméstico no remunerado (…) recae sobre las mujeres, el día tiene 24 horas nada más. O te encargas de tu familia y de lo que es el cuidado del hogar o trabajas fuera de él” comentó la investigadora en estudios económicos.
Pero, en el sector informal se acentúan las desigualdades salariales. Un hombre que trabaja en el sector formal gana 28.25% más que si trabajara en el sector informal, no obstante, si se trata de una mujer la diferencia es del 39.92 por ciento.
Además, uno de los principales sectores en los que trabajan las mujeres es el trabajo doméstico remunerado (TDR), 6.69% de la fuerza laboral femenina trabaja en este sector. Sin embargo, el TDR es la actividad económica con menor porcentaje de personas que reciben prestaciones básicas. La Encuesta Así Vamos 2024 expone que solo el 1.8% de los que hacen TDR en Nuevo León cuenta con vacaciones, seguro médico y aguinaldo.
Trabajo doméstico: sostén de la economía
Según estadísticas del INEGI en Nuevo León el valor económico del trabajo doméstico no remunerado en 2023 fue de 333 mil 749 millones de pesos, de los cuales 233 mil 857 millones fueron aportados por mujeres.
Un estudio realizado por Chapa en 2024, explica que el trabajo doméstico no remunerado tuvo un valor en 2019 de aproximadamente 5 billones de pesos, una cifra que representa el 23% del Producto Interno Bruto Nacional y que supera la contribución de la industria manufacturera al ingreso nacional (18% del total).
Karolina Navarro, fundadora de la organización civil Mujer en Plenitud ABP señaló que la desvalorización del trabajo doméstico es una forma de discriminación a las mujeres a pesar de que es este trabajo, en el que se fundamenta la economía y garantiza la calidad de vida de las familias.
“El señor se va a trabajar y el señor regresa, pero el señor tiene comida, sus niños fueron a la escuela porque alguien los llevó y los trajo y si no tienes hijos como quiera la casa se tiene que limpiar. Entonces definitivamente el trabajo doméstico es el sostén de la economía actual” comentó la activista.
Estado falla en proveer un sistema de cuidados
La participación de las mujeres en el mercado laboral (48.1%) de Nuevo León es mucho menor a la de los hombres (76.6%), en entrevista las expertas señalaron que esta falta de participación se debe a que no hay un sistema de cuidados por parte del estado que permita a las mujeres desempeñar un empleo y dejar el rol de “cuidadoras”.
“Hay problemas para que la mujer pueda acceder al mercado laboral debido que no hay un sistema de cuidados como debe de ser para que apoye a las madres trabajadoras. En la administración federal pasada se quitó todo el sistema de guarderías, se estuvo dando alguna compensación económica, pero no es suficiente para que la mujer participe” explicó Joana Chapa.
Además, faltan iniciativas y apoyos gubernamentales dedicados a las mujeres trabajadoras que comprendan realmente sus necesidades y no refuercen las desigualdades estructurales.
“Cuando tú vas a pedir apoyos, los apoyos que hay, te dicen, ‘Es que hay capacitaciones.’ ¿Sí? ¿Pero dónde son las capacitaciones? En línea y la señora no tiene celular para bajar la aplicación. ¿O se tienen que mover hasta dónde con la cantidad de hijos, con lo caro que está el transporte? Realmente no están llegando al mercado. Entonces, yo veo una parte de desigualdad en lo que son los programas dirigidos a las mujeres”, puntualizó Navarro.
Reportaje realizado para Reporte Índigo