Por Rubén Maza*
En la respuesta al VIH, las estrategias comunitarias han demostrado ser herramientas de cambio significativo. Y esto se puede observar en cómo las poblaciones clave y prioritarias se sienten más cómodas y seguras acudiendo a estos espacios para recibir servicios de detección, acompañamiento y atención.
Uno de estos servicios es la PrEP comunitaria, una iniciativa impulsada desde organizaciones de la sociedad civil para ofrecer acceso a la profilaxis preexposición (PrEP), una herramienta altamente eficaz para prevenir la transmisión del VIH.
Sin embargo, su acceso, mediado únicamente por sistemas de salud tradicionales, sigue siendo limitado para muchas personas. Horarios restringidos, barreras geográficas, limitaciones burocráticas y, sobre todo, el miedo al estigma y a la discriminación.
Ante este panorama, la PrEP comunitaria se posiciona como una respuesta innovadora y necesaria. Desde espacios gestionados por pares y organizaciones con experiencia en el acompañamiento a poblaciones clave, se ofrecen servicios que no solo incluyen la entrega del medicamento, sino también consejería, educación sexual, pruebas rápidas y apoyo psicosocial.
Lo que hace diferente a la PrEP comunitaria no es solo su accesibilidad, sino la calidez y la seguridad emocional que brinda.
En estos espacios, a nadie se le juzga por su orientación sexual, identidad de género o prácticas sexuales. Aquí se entiende que el acceso a la salud no debe ser un privilegio condicionado a normas morales, sino un derecho inalienable.
Estas iniciativas representan mucho más que una estrategia de prevención; son un acto de resistencia frente a sistemas de salud que aún fallan en responder a las realidades de las poblaciones clave y otras comunidades vulnerables.
Al descentralizar los servicios y colocarlos en manos de quienes conocen de cerca las necesidades de su comunidad, se está transformando el modelo tradicional de atención en uno basado en la dignidad y la equidad.
El Día Mundial de la Lucha contra el Sida nos recuerda la importancia de estas estrategias. Es un llamado a gobiernos, instituciones de salud y organismos internacionales a apoyar y fortalecer estos esfuerzos comunitarios.
La PrEP comunitaria reivindica el derecho de todas las personas a la salud, además, es más que una herramienta de prevención: es un ejemplo de cómo el enfoque desde la comunidad puede cambiar las intervenciones, derribar barreras y reivindicar derechos.
En el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, y bajo el lema “Sigamos el camino de los derechos”, es importante reforzar nuestra apuesta por modelos de atención que prioricen la dignidad, la equidad y la inclusión.
Cada paso que damos en favor de la PrEP Comunitaria y otras estrategias similares es un paso hacia un futuro donde los derechos humanos y las personas estén en el centro de todas las políticas y acciones de salud.
Porque la salud no debe esperar, y los derechos no deben ser negociables. Sigamos avanzando, juntos, juntas y juntes.
Rubén Maza trabaja en los temas de derechos humanos y salud sexual. Actualmente se desempeña como presidente de It Gets Better México y forma parte del Centro Comunitario Vive Intensamente Hoy.
