Ladrando Claro
Por Pablo Pérez
Hoy quiero comentar sobre un artículo reciente de Verificado que habla de desinformación, racismo, nacionalismo y discurso de odio, especialmente porque, como todo el buen periodismo, creo que es de esos que pueden llevar al lector a querer saber más.
En la nota, Debahni Soto expone algo que no es exclusivo de México, la instrumentalización del miedo con un fin político. Lo hemos visto muy claramente en el discurso antiinmigrante que llevó a la presidencia a Donald Trump en 2016 y como parte integral del repertorio de prácticamente cualquier partido político de derecha y ultraderecha del mundo.
Falta de empleo, inseguridad o crisis económica son asuntos que deben ser atendidos y resueltos por el gobierno en turno a través de legislación, aplicación de la ley y programas sociales, las soluciones no son ni fáciles ni baratas ni mucho menos inmediatas.
Lo que sí es facilísimo es atribuirle el origen de todos esos problemas a alguien más, alguien con quien (erróneamente) nos quieren hacer creer que el Estado no tiene responsabilidad.
Es por eso que les conviene tanto culpar a la comunidad migrante, si a eso le añadimos la falta de coincidencias culturales, la barrera del idioma y en algunos casos la simple falta de costumbre de ver gente diferente, tenemos la receta completa para el racismo que lleva al odio y ha cimentado la carrera de tantos políticos, beneficiándolos solo a ellos.
Personajes que nada tienen que hacer en la función pública como el fundamentalista Eduardo Verástegui, el abiertamente neonazi Horus García, o el ridículo Carlos Leal son cada vez más comunes en la esfera política de nuestro país.
Ante esta guerra de propaganda y odio en redes sociales, me gusta recordar otra serie de mensajes que también están en redes pero salen de las calles y los barrios donde vive la gente de verdad en nuestro país.
Hace tiempo me topé con un video en el que un grupo de haitianos se divierte en un baile sonidero del Estado de México, al ir a la sección de comentarios esperaba lo peor.
Pero la gente que sigue en Youtube a “Sonido Yambao” decía: “Yo como Emigrante en Usa siendo Mexicano Les doy la Bienvenida a Mexico Hermanos Haitianos mientras sea para a Aportar Dios los Bendiga” o “Viva la raza de el color y pais que Sean si bienen a echarle ganas animo raza” (sic y sic).
Desde la comodidad de una oficina climatizada es muy fácil discriminar, pero las personas que viven en los mismos barrios que los migrantes, trabajan junto a ellos y sobre todo se dan cuenta que, incluso con los más diferentes, compartimos cosas como el gusto por el baile y las ganas de sacar adelante a nuestras familias y tienen otra idea muy distinta a la de estos trolls que con tantas ganas intentan convencer a la clase media de que les dé su voto.
El paisano que trabaja en Estados Unidos entiende perfectamente que es importante recibir dignamente a la población migrante, ¿De verdad le vas a creer más a un político que a un trabajador?