ÁGORA
Por Mauricio Canseco Cavazos
El sector económico en el cual participan las organizaciones de la sociedad civil (OSC), también llamado el “tercer sector”, ha enfrentado a lo largo de esta pandemia oportunidades para maximizar el alcance de su impacto, mientras grandes amenazas ponen en riesgo su sostenibilidad. Algunos de estos son:
Complejidad de los problemas sociales. La pandemia no solo trajo problemas nuevos de salud pública, sino que su impacto evidenció los grandes retos sistémicos que tenemos en materia de desarrollo económico, político y social.
La suspensión de actividades, la retaguardia a los hogares para convertirlos en oficinas, escuelas y centros productivos, el aislamiento social y la falta de mecanismos de “desfogue” han generado que los retos que enfrentamos como sociedad se agudicen.
Me queda la pregunta de si estamos atendiendo las problemáticas sociales con las mejores estrategias, o bien, esta pandemia hace evidente que por muchos años hemos contenido algunas de ellas, pero resuelto muy pocas.
Capacidad de adaptación e innovación. Ante todo lo mencionado, es importante reconocer que la capacidad de adaptación e innovación en las OSC no es tan sencilla de dominar. En este año asesoramos a 67 OSC, a través del Fondo de Contingencia para OSC.
Mientras que encontramos casos extraordinarios que rápidamente se movilizaron hacia el espacio digital, muchas de ellas mostraron dificultades para repensar sus modelos, incluso algunas cerraron ante la imposibilidad de seguir impartiendo sus servicios de forma física.
Esto me lleva a preguntarme si como tercer sector hace falta una gran campaña de innovación para repensar hacia el futuro, sin miras al pasado, todas las formas en que participamos de la transformación social.
Incertidumbre de recursos para 2021. Debemos de reconocer que la innovación en el sector social va más allá de la voluntad. El financiamiento que se tiene comúnmente va hacia lo ya probado y validado, lo pasado.
Innovar en el sector comprende muchos retos, pero el más grande es que es muy poco estimulado por las fundaciones y donantes en general. Esto no es producto de la pandemia, sin embargo, con los efectos de 2020 la disponibilidad de recursos seguramente será menor en términos generalizados.
Me queda la pregunta de si ahora con menos recursos disponibles observaremos aún más contención y menos innovación. Dicho sea de paso, no podemos esperar resultados diferentes, haciendo lo mismo.
Reto de sostenibilidad interna de las OSC. Las OSC ocupan una figura casi “divina” en nuestro imaginario. Están formadas de pura bondad y buena voluntad, con el firme propósito de ayudar.
En este entender, muchas personas creen que todos los que laboramos dentro de las OSC somos personas heroicas y casi santas, trabajando por la misión. La realidad es que el sector social en Nuevo León emplea formalmente a más de 4,800 personas.
En este sentido, y frente a la pandemia, es importante que le demos un lugar a las personas tienen el poder de profesionalmente transformar la vida de las primeras.
Invito a observar el horizonte con la integridad de sus actores y, en la medida de lo posible, tener una perspectiva sistémica e incluyente, donde todas las personas, las organizaciones (con o sin fines de lucro) y las instituciones (públicas o privadas) construyamos juntos el futuro a partir de la colaboración y prosperidad, a pesar de la adversidad.
ÁGORA es un espacio de reflexión del Consejo Nuevo León
