Por Daniela Mendoza y Liliana Elósegui
Las narrativas hostiles no nacieron con Internet. Sin embargo, ahora hay un público sin precedentes expuesto a ellas a través de las redes sociales, y la difusión de información errónea es increíblemente fácil cuando la hostilidad sustituye al debate.
Uno de los ejes principales de Verificado, además de analizar el discurso publico para detectar mentiras o imprecisiones, es también atacar la desinformación como elemento esencial en la discriminación que sufren personas que pertenecen a grupos vulnerables; personas discapacitadas, indígenas, de la diversidad sexual, personas que viven con vih y grupos feministas, y en el contexto actual quienes padecen o padecieron covid-19
Ya en 2012 la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación en México, realizó una monitoreo en Twitter, donde detectó entre el 19 de abril y el 19 de junio que dominaban los mensajes de homofobia, racismo, clasismo y misoginia en los 60 mil 57 tuits que revisaron para un programa denominado Tweetbalas, impulsado por el Museo Memoria y Tolerancia y realizado por la agencia Ogilvy.
Y nueve años después, no existe un nuevo estudio en México que nos de una comparativa de cómo ha aumentado la problemática, sin embargo, algunos ejercicios de organizaciones de la sociedad civil como la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Transexuales, Trans e Intersex, (ILGA), señaló que en 2020, el discurso de odio en redes sociales afecta al 84% de sus agremiados.
En Latinoamérica aún no existen organizaciones ni acciones amparadas por la ley para combatir los discursos de odio. Son las compañías tecnológicas las que desde sus propias políticas de seguridad promueven su prevención y establecen los conductos para denunciar los casos que identifiquen, sin embargo no existe una estrategia para la prevención.
La libertad de expresión es un derecho fundamental, indispensable para garantizar la formación de una opinión pública diversa y plural, un requisito fundamental en cualquier sistema democrático. Pero, el discurso generador de odio y discriminación no debe tener amparo ni cobertura en los derechos a la libertad de expresión y a la libertad ideológica, protegidos por las leyes a nivel internacional.
Como medio de comunicación, asumimos el compromiso de en contra de los mensajes de odio y presentamos Rompiendo el Mito, una sección creada al inicio de este medio de fact checking, que se resignifica para compartir con la audiencia, información verificada con una visión científica, diversa e intercultural y un estricto apego a los derechos humanos, con un objetivo claro: hacer frente a la desinformación que genera odio y discriminación en nuestra sociedad y que permea en las redes sociales; además de generar una reflexión que invite a entender que el discurso de odio es incompatible con los derechos y valores fundamentales propios de una democracia, como la dignidad de la persona o la no discriminación.
Un componente importante de Rompiendo el Mito es la generación de acciones de tipo más cotidiano que hacen referencia a intervenciones en contextos offline (una discusión entre vecinos en la que se identifiquen expresiones o conductas discriminatorias o de odio), como online (adoptando un papel de activo en las redes sociales, para lo que serán de gran utilidad la creación de contenido de las y los usuarios para impulsar las contranarrativas y las narrativas alternativas en contra de los mensajes de odio).
Te invitamos a sumarte a estas acciones y convertirte en un aliado o aliada contra el odio y la discriminación, envíanos tus dudas