Por Pablo Pérez*
Cuando apenas comenzaba a reportear muchas, muchísimas veces cuando proponía un tema a la persona responsable de la edición del periódico, con bastante más experiencia que yo, se daba cuenta que la historia no tenía nada de nuevo, que no era noticia pues, y me decía: “¿Y dónde está la nota?”.
Así me sentí cuando Samuel García hizo su video en el que declaraba que para que el Congreso del Estado le permitiera nombrar interino a su gusto, le pedía una serie de compromisos políticos… y pensé: “¿Y dónde está la nota?”.
Un par de semanas antes, Sandra Cuevas hizo también su conferencia de prensa tras no obtener la candidatura por la Ciudad de México, en la que acusó a los políticos miembros de los partidos del “frente” de ser groseros y prepotentes y de exigir “plazas” de aviadores a cambio de la candidatura… “¿Y dónde está la nota?”, me dije.
Antes que nada, que los políticos sean déspotas, groseros y estén siempre buscando un beneficio no puede ser nota para nadie, lo mismo los priistas de la Ciudad de México que los de Nuevo León, pero eso no quiere decir que por denunciarlos ni Cuevas ni García están haciéndole ningún favor a la sociedad. Y al decir priistas incluyo a todo el espectro político.
En lo que me quiero detener un momento es precisamente en cómo estas airadas declaraciones surgieron cuando estos personajes habían ya sufrido un desaire con respecto a sus candidaturas. No se denunció cuando recibieron el mensaje de parte de sus opositores ni en ningún paso de la negociación, solamente cuando ya no había posibilidad de continuar con sus proyectos “políticos”.
Estamos hablando de que sabían de la intención actos de corrupción y no denunciaron, la corrupción es un delito en el Código Penal Federal y en los códigos locales de los estados.
No denunciar un delito podría ser considerado como complicidad por omisión, en el caso de la alcaldesa de Cuauhtémoc y el gobernador de N.L. un delito más de los muchos por los que podría investigárseles, que se suman a los muchísimos que sus mismas administraciones deberían investigar y se quedan impunes, como sin duda quedarán impunes las cosas que “denunciaron” en sus valientes conferencias para tratar de salvar algo de simpatía del electorado.
Esto solo nos muestra que a los políticos de la nueva política, las mañas de la vieja política les molestan solo cuando no juegan a su favor. ¿Y dónde está la nota?
