Por Pablo Pérez*
A bastante más de dos décadas de transitar el periodismo no olvido el terror cada vez que, como joven reportero, me mandaban a la calle a hacer «sondeos de opinión».
Siempre fue para inventarse una nota a partir de preguntarle a cualquier transeúnte desprevenido: «¿Qué opina del asunto tal?. Puntos de vista que tramposamente se publican como relleno, sin valor informativo, muchas veces para contrastarlos con la entrevista que sobre ese tema dio una persona experta que ha estudiado datos verdaderos a lo largo de su carrera para analizarlos y comprenderlos.
No quiero justificar a la academia toda, tiene muchas fallas, pero el dicho de la experta no tiene nada que hacer comparado con el de la pobre persona sin experiencia que posiblemente solo quiere deshacerse del periodista metiche.
La persona de la calle dice lo que cree, la experta habla desde una posición de conocimiento. No se puede comparar la experiencia con la opinión.
Por eso hace tanto ruido la declaración del presidente ante el último mensaje del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes para el caso Ayotzinapa. El GIEI presenta un informe de 322 páginas de las cuales 140 exponen el análisis de evidencias de la actuación del ejército y la marina integradas en la investigación y concluye que claramente hubo bloqueo de parte de las Fuerzas Armadas en el trabajo de un grupo que se ha especializado en investigar crímenes de estado.
Su dictamen claro que es refutable, pero refutable con el mismo tipo y número de pruebas.
Desde Nayarit la respuesta del presidente fue clarísima: “Respeto su punto de vista pero no lo comparto”.
Pero no está hablando de puntos de vista sino de hechos. Nombrarlos de esta manera es reducirlos al nivel del dicho del entrevistado a media calle.
Es ignorar las hojas de llamadas, los registros militares, las órdenes de aprehensión que se revocaron, los datos que se obtuvieron después de mucho esfuerzo y desacreditaron las primeras declaraciones del Ejército y los que la institución aún se resiste a entregar.
Es quitarle el valor al dicho de los que en el mismo título de la organización se señala que son expertos. Para el ejecutivo todo eso es solo un punto de vista, algo que se puede descartar como desinformado.
Porque de una opinión sí puede decir que forma parte de una campaña en contra del Ejército Mexicano y alardear: “No hay un gobierno en el mundo, en la historia reciente, que haya actuado como lo estamos haciendo nosotros en contra de altas autoridades. Díganme: ¿en qué país está preso el ex procurador de la República? ¿En qué país hay dos generales presos por el mismo asunto? ¿En qué país hay 120 detenidos? En ningún lado”.
Pero lo que él dice sí es una opinión desinformada, porque parece no saber que Guatemala condenó por genocidio al expresidente Ríos Montt con pruebas presentadas justamente por una de las integrantes del GIEI y otro de sus miembros logró la extradición de Augusto Pinochet para ser juzgado por crímenes cometidos durante la dictadura chilena.
Desde esa conferencia estamos escuchando una declaración que contrapone un punto de vista a una exposición de hechos. Algo que solo puede venir de no conocer la verdad (no lo creo) o de querer construir una verdad a medias.
Sí, claramente es un gran avance que finalmente se hayan dado las detenciones mencionadas, pero si los expertos señalan, con datos, que el Ejército aún retiene información que permitiría llegar al fondo de los hechos de la noche 26 de septiembre del 2014 es porque hay más responsables que deben enfrentar la justicia.
Y ni la verdad a medias es verdad, ni la justicia a medias es justicia.