Por Cesia Escobar
¿Por qué cuando hay evidencia, datos de expertxs que comparten su conocimiento y experiencia, se siguen tomando decisiones alejadas de las necesidades de la población? Además, esta toma de decisiones está acompañada de inversión de presupuesto público, lo que es preocupante, porque significa que tenemos decisiones financiadas por la población que no atienden a esta población.
Sabemos que Nuevo León ocupa los primeros lugares a nivel nacional en siniestros viales. Sin embargo, en lugar de invertir en infraestructura y estrategias que protejan a peatones, ciclistas e incluso a automovilistas, vemos cómo algunos gobiernos se esfuerzan por eliminar intervenciones realizadas en otra administración.
Tal parece que para algunas autoridades es preferible ignorar la realidad y seguir construyendo una ciudad destinada a ser hostil, insegura e inaccesible, que reconocer que se puede dar seguimiento a proyectos, que, aunque perfectibles y con áreas de oportunidad, se generaron a partir de procesos técnicos.
El transporte público es otro ejemplo. La Encuesta Así Vamos 2024 señala que el 82.9% de la población está de acuerdo en que se debería invertir en más transporte público (digno y de calidad), en lugar de seguir ampliando la infraestructura para vehículos. Lamentablemente, las autoridades insisten en priorizar proyectos que benefician a los automóviles sobre las personas.
Si hay estudios que respaldan la necesidad de generar políticas públicas enfocadas en el trabajo de cuidados, que mayoritariamente recaen en las mujeres y vulneran su derecho a acceder a oportunidades para su desarrollo personal, profesional y económico, ¿Por qué seguimos viendo como algunas autoridades prefieren invertir en proyectos y actividades que solo simulan atención y acompañamiento, pero que no atienden las problemáticas estructurales?
Frente al triste escenario en el que en 2024 respiramos aire contaminado cinco de siete días en Nuevo León, y sabiendo que, desde hace cinco años la población señala que la medida para combatir la mala calidad del aire debe ser -sancionar a empresas que contaminan- seguimos viendo esfuerzos aislados, poco transparentes y con grandes áreas de oportunidad por parte de las autoridades.
Incluso cuando grupos, colectivos y personas expertas han señalado la urgencia de atender esta crisis que está costando la salud y la vida de la población en Nuevo León.
Entonces, ¿cómo se están tomando las decisiones en el estado? Algunas veces pareciera que ni se escuchan ni se toman en cuenta las voces y peticiones de quienes viven cada día los estragos de esta ciudad, principalmente porque su discurso señala la inacción o cuestiona las decisiones ya ejecutadas. Pareciera que los datos, la evidencia y la opinión de la población solo sirven para legitimar un discurso político de alguna autoridad o para desacreditar a partidos contrarios.
Atender las crisis que enfrenta Nuevo León requiere, si del uso de datos y evidencia, pero también de intelecto, compromiso, y respeto por problemáticas que no nos afecta de forma directa, por parte de las autoridades.
Pero también exige dejar de lado el ego, el protagonismo y la necesidad de reconocimiento personal para ver por el bien colectivo. Y, quizá lo más difícil (dependiendo de nuestro análisis), requiere dejar de ser permisivos con sectores de poder históricamente se han beneficiado de las condiciones de vulnerabilidad y desigualdad de muchas personas.
Porque si algo ha quedado claro es que la población en Nuevo León no es indiferente ni pasiva. Observa, cuestiona y exige. Y cuando el gobierno no responde, se organiza y actúa.
¿Qué piensas? ¿Qué más es necesario?