Por Melina Barbosa
Tras el primer debate presidencial, Grupo Reforma publicó una columna en la que Guadalupe Loaeza sostiene que confía más en la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez que en la candidata oficialista Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, la columna de opinión configura violencia política de género y violencia estética al poner el foco en el físico de la candidata de Morena en vez de en su desempeño en el debate o su trayectoria política.
Loaeza afirma que Sheinbaum le tiene envidia a Gálvez simplemente por tener el cabello lacio, un sesgo racista derivado de desinformación y narrativas coloniales.
La columna de Loaeza cargada de violencia estética
En redes sociales circula una captura de una columna de opinión titulada ¿A quién creerle? cuya autora es Guadalupe Loaeza.
Inicialmente, la columnista apoya a Xóchitl Gálvez y critica a Claudia Sheinbaum, tildándola de «falsa» y una «mujer de hielo y sin corazón» que «le tiene envidia a su contrincante» por tener el pelo lacio.
«Desde que son pequeñas, las que tienen el pelo muy chino generalmente le tienen una envidia mortal a las niñas de pelo lacio y Claudia lo tiene, desde que nació, sumamente rizado (Xóchitl lo tiene muy lacio y con muy buena caída, por lo tanto también en ese aspecto le tiene envidia a su contrincante y eso le molesta y le irrita); de allí su cola de caballo lacia, lacia; es decir que todas las mañanas invariablemente se tiene que alaciar, con una secadora de aire, su exigua cabellera», se lee en la columna publicada el 9 de abril en Reforma.
En el texto tambien se afirma que «es dificil creerle» a Sheinbaum porque no solo niega la realidad del país, sino que también rechaza sus orígenes.
«Incluso hace dos días una amiga me preguntó, ¿por qué Claudia no se acepta con su pelo chino como sale en las fotografias de cuando era joven?. Y le dije, es que la doctora es muy negadora no nada más en lo que se refiere a la realidad del país, la cual ella percibe que gracias a la 4T se ha convertido en un verdadero Edén, sino que asimismo es negadora de sus orígenes, por eso es difícil creerle».
¿La problemática de la columna? La crítica hacia Claudia Sheinbaum no va a dirigida a sus propuestas o sus decisiones políticas, sino a su cabello rizado, resultando en un discurso discriminatorio que magnifica varias formas de violencia como el racismo, el clasismo y el sexismo.
Además, abona a la violencia estética y violencia política de género que constantemente atraviesan las candidatas, pues las mujeres que aspiran a cargos de elección popular suelen recibir más ataques por su apariencia física y su corporalidad que por su desempeño en la política.
No es envidia, es racismo estructural
Existen una serie de estereotipos racistas que se perpetúan en una parte particular de los cuerpos: el cabello, y la columna viral de Guadalupe Loaeza al plantear que existe una rivalidad o envidia de las personas con cabello rizado hacia las personas de cabello liso, refuerza estos prejuicios.
El cabello rizado, chino, texturizado o afro está relacionado con el racismo, pues «los cánones no escritos de la belleza occidental consisten en la piel clara y el pelo liso, y quienes no lo tengan se traduce en presión social y violencia que, incluso, ejercen las mismas mujeres sobre sus cuerpos», así lo explica la investigadora de la UNAM, Metztli Molina Olmos en su estudio titulado «El pelo afro no se toca: resistencia desde el activismo estético».
Asimismo, Valeria Angola, una de las fundadoras del proyecto antirracista Afrochingonas compartió en entrevista con Verificado que ha vivido algunas situaciones en las que ella misma se ha visto obligada a cambiar su pelo, alisarlo y cortarlo de cierta manera porque no se considera que sea arreglado o parte de un «look profesional».
«Te voy a poner un ejemplo, hace varios años fui a pedir trabajo en un restaurante en Cancún, yo ya había trabajado en la misma cadena pero en Ciudad de México, y pues me pareció fácil volver a pedir trabajo. Además de que les valió que yo hubiera trabajado ahí y me dijeron que tenía que pasar otra vez todo el proceso de contratación me dijeron «no puedes traer el pelo así». Yo traía en ese momento mi pelo crespo y natural como suelo usarlo y fue así, si no lo alisas no puedes ser considerada para una posible contratación».
Valeria narra que al final no pudo solicitar el trabajo porque alisarse el pelo implicaba una serie de gastos que en ese momento no podía realizar, como comprar una plancha, una secadora de cabello o pagar el servicio y tratamientos en una estética.
Aunque se desconocen las razones de Claudia Sheinbaum para alisar su cabello, la activista de Afrochingonas aclara que algunas personas si bien pueden hacerlo por comodidad, para la mayoría se trata de una separación de sus raíces o en contraparte del reconocimiento y celebración de las mismas al dejarlo naturalmente rizado.
«Muchas personas se encuentran alrededor de su pelo porque no es solamente una parte del cuerpo que puedes modificar con colores y con peinados o formas. Sabemos que mucha gente, niñas, niños, personas jóvenes están haciendo ese proceso de reconocimiento empezando por el pelo. Me parece muy errado que en medio de este contexto de reconocimiento de la población afrodescendiente en México, por ejemplo, se reduzca la complejidad que implica para una persona tomar una decisión como cambiar la textura de su pelo a la envidia, me parece muy fuerte», señaló.
De igual forma, Elvira Swartch Lorenzo colaboradora en el medio de comunicación antirracista Afroféminas explica en su texto «Mi pelo Afro. De la vergüenza al orgullo» que «ninguna de las dos posiciones está equivocada» pero la elección de alisarse el cabello «debe hacerse conscientemente y en libertad» y no por imposiciones de la blanquitud.
Ante la hegemonía corporal (una de las razones por las que el pelo rizado es rechazado) colectivos afrodescendientes como Afrochingonas y Afroféminas realizan esfuerzos para reivindicar el cabello rizado a través de narrativas decoloniales.
«Hay todo un movimiento de reivindicación del cabello rizado en donde las mujeres hablamos de que nuestros cabellos no son desalineados, que son también profesionales y que digamos no tenemos por qué modificar esa parte de nuestros cuerpos para tener un trabajo serio o para ser mujeres admirables y todas estas características buenas que están asociadas también con la blanquitud», describió Valeria Angola.
Faltaba más pic.twitter.com/dmLFfGLfhx
— @ChatitaDelAlma (@ChatitadelA) April 9, 2024
El físico de las candidatas no es tema electoral
Aunque Valeria reitera que no está favor de ninguna candidata presidencial, considera absurdo que en el actual contexto electoral se le critique a Claudia Sheinbaum por su pelo en un medio de comunicación reconocido.
«Me parece absurdo, me parece demasiado banal y falaz que una mujer del talante de Guadalupe y un medio tan importante como el Reforma aprueben semejante mediocridad. Yo hubiera criticado a Claudia por otros aspectos, en el debate creo que se cayó repetidamente en los ataques personales y en cuestionamientos por corrupción, pero no hubo muchas propuestas. Creo que hay cosas que podrían criticarse, una de esas cosas, por ejemplo, esto de los feminicidios que dijo que se redujeron 30% y ya fue desmentido«.
Los señalamientos y juicios sobre el físico de las candidatas es una forma de violencia política de género que muchas veces, ha sido validada o impulsada por la prensa.
Por ello es que colectivos y activistas afrodescendientes cuestionan que los medios más importantes de México le den espacio a figuras que representan los valores más conservadores de nuestra sociedad.
«Me parece súper preocupante porque pues siguen estableciendo un orden, no un orden, una jerarquía social en donde hay unos que mandan y hay unas vidas que importan mientras que hay otras que no y eso me parece grave y preocupante (…) Aunque tampoco es sorprendente, porque ya sabemos que estos medios también pertenecen a grupos de poder políticos, que pues también se benefician un poco de que sigan existiendo estas estructuras racistas que colocan a ciertas corporalidades en lugares de inferioridad», añadió la activista de Afrochingonas.
La columna de Guadalupe Loaeza fue publicada en tres sitios con gran alcance, Reforma, El Norte y Mural, y aunque en su sección de «quiénes somos» se afirma que la única misión de Grupo Reforma es el «respeto a la verdad y sobre todo a los lectores», la columnista ha podido conservar su espacio pese a que es abiertamente clasista y racista.
«Yo tengo todos los defectos que describo, por eso los conozco tan bien, porque yo los padezco. Soy igual de clasista, igual de racista pero con un poco más de conciencia. Hay autocrítica, por lo menos», reconoció Loaeza durante el programa Largo Aliento con Sabina Berman transmitido el 5 de enero de 2024 en Canal Once.
Combatir la desinformación racista
Si bien es cierto que los medios de comunicación justifican este tipo de contenido con el derecho a la libertad de expresión, es importante recordar que combatir el discurso de odio no significa limitar o prohibir este derecho, sino de impedir la escalada de incitación al odio hacia algo más peligroso, en particular, instigando a la discriminación, la hostilidad y la violencia, lo cual está prohibido según el derecho internacional.
Para combatir e identificar discursos racistas, sexistas y discriminatorios se recomienda seguir a medios y colectivos como Afrochingonas, los cuales con un enfoque antipatriarcal y de derechos humanos funcionan como contranarrativas de los contenidos que desinforman, niegan las desigualdades y que promueven la violencia.
«Creo que es súper importante que la gente tome otras fuentes de información para generarse criterios propios y que puedan identificar discursos racistas. En Afrochingonas, por ejemplo, hacemos contenido desde el cariño, desde el fuego desde lo lúdico desde la creatividad, somos un proyecto muy amable, que justo pues creo que nos acercamos a la gente dando este tipo de información y sin imponer. Porque pues nosotros tampoco nos tomamos el papel de que somos súper expertas en todo y más bien le brindamos herramientas a la gente para que tomen decisiones y que formen como te decía, un criterio propio, un pensamiento crítico frente a los discursos dominantes racistas colonialistas», puntualizó Valeria Angola.
Reporta cualquier caso de discurso de odio, desinformación o violencia política de género en nuestras redes sociales (@Verificado_Mx) o enviando la información a nuestra línea de WhatsApp +52 81 32 819184 (o dando clic en )
Este proyecto es realizado con el apoyo de la International Women’s Media Foundation (IWMF) como parte del Fondo Howard G Buffett para Mujeres Periodistas.
LINKS | FUENTES:
Mi pelo Afro. De la vergüenza al orgullo | Afroféminas
Pelo Malo ¿Qué implica tener pelo de Palenquera? | Afrocolectiva
Discurso de odio frente a libertad de expresión | Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Cómo identificar (y combatir) el discurso de odio en las elecciones 2024 | Verificado MX



