Por Deyra Guerrero
El Presidente Enrique Peña Nieto manifestó ayer: «el 100 por ciento de los alumnos afectados por los sismos asisten hoy a clases ya, estamos hablando de 14 millones de niñas, niños y jóvenes”.
Aunque la mayoría de los menores de las zonas dañadas en los temblores del 7 y 19 de septiembre de 2017 han retomado sus estudios, el Mandatario federal omitió decir que miles de ellos lo hacen a la intemperie o fuera de las aulas por los retrasos en la reconstrucción de las escuelas.
Solo por mencionar dos ejemplos:
-En Juchitán, Oaxaca, alumnos toman clases debajo de árboles, lonas, en el estacionamiento, en salones dañados y en un domo. Cuando llueve se suspenden por lógicas razones las labores académicas y cabe recordar que actualmente es temporada de precipitaciones pluviales.
-En Tabasco, 75 planteles siguen sin ser reparados y los niños toman clases en viviendas particulares acondicionadas por los padres de familia para que los maestros continúen con la enseñanza de sus hijos. No todos los espacios cumplen con las condiciones para que se brinde la educación.
Por lo tanto, el discurso de Peña Nieto ES ENGAÑOSO, dado que no existe la “normalidad” en el sector educativo de las regiones que sufrieron los sismos del año pasado, como lo intentó trasmitir en su mensaje durante la inauguración del centro de Entrenamiento Avanzado de la Armada de México, en Valle de Bravo, Edomex.