Por Tatiana Fraga Diez
La Ley de Participación Ciudadana para el Estado de Nuevo León (2016) establece que la participación ciudadana contribuye a la solución de problemas y a mejorar las normas que regulan las relaciones en la comunidad. Es bajo esta premisa que el Consejo Nuevo León diseñó y ha implementado el proceso de revisión del Plan Estratégico con una serie de espacios en los cuales la academia, la sociedad civil, el sector privado, la administración pública y la ciudadanía en general han vertido sus ideas para diseñar el futuro que queremos para el estado.
Los borradores del Plan Estratégico, construidos a partir de los insumos de 32 mesas de trabajo y la consulta pública de 2019, se pusieron a disposición en una plataforma abierta para consulta de todas las personas, con el objetivo de integrar la mayor cantidad de voces a la definición de las problemáticas públicas y construir de manera conjunta la visión que tenemos para Nuevo León. Este ejercicio innovador partió de los supuestos de gobernanza, los cuales asumen que el Estado y la sociedad trabajan en conjunto en torno a la solución de problemas públicos (Ordoñez-Sedeño, 2017).
Por lo tanto, esta etapa en la revisión del Plan fue, más que un ejercicio de transparencia, un espacio de construcción colectiva de un documento que guiará el actuar del Gobierno estatal en los próximos 10 años. Con la inclusión de más voces, esta revisión pública ha buscado ampliar su perspectiva y consolidar un documento inclusivo y diverso.
Sin embargo, la participación está ligada a una circunstancia específica y a un conjunto de voluntades humanas. El entorno político, social y económico, así como las particularidades de las personas, son los motores de la participación. Por eso resulta tan compleja, atraviesa los innumerables factores que la estimulan o la inhiben, la posibilitan o la imposibilitan –como la disponibilidad del tiempo libre, la educación, entre otros— así como las razones estrictamente personales que empujan a una persona a participar (Merino,2019).
La pandemia por COVID-19 ha limitado las opciones para encontrarnos personalmente, por lo que el espacio virtual es el único que tenemos para dialogar; sin embargo, la situación actual nos ha demostrado que todavía hay una importante brecha digital que limita el desarrollo de ciertos grupos poblacionales y, por lo tanto, su participación.
Es difícil saber cuántas combinaciones hay entre estos dos ingredientes y, por lo tanto, imposible saber dónde está la frontera entre los estímulos sociales y las razones estrictamente individuales que determinan la participación. Con esta revisión pública, el Consejo Nuevo León se ha esforzado por facilitar y motivar la participación considerando el entorno actual; mientras que al menos 12,300 personas y 30 instituciones demostraron voluntad para colaborar a la discusión, invirtiendo tiempo y esfuerzo en analizar y hacer sus opiniones en la plataforma.
Siempre habrá un difícil equilibro entre estos dos elementos, por lo que el reto es enorme y compartido. No todas las personas que pueden participar lo hacen y no todas las personas que quieren participar pueden hacerlo, ya que las desigualdades sociales se traducen en desigualdades políticas que ponen importantes límites a la representatividad de algunos grupos poblacionales.
Este proceso de revisión del Plan demuestra que abrir espacios que faciliten la participación es el camino para construir, en conjunto, el mejor lugar para vivir.
ÁGORA es un espacio de reflexión del Consejo Nuevo León