Por: Deyra Guerrero
Debajo de los escombros de un edificio que se derrumbó, un herido pide auxilio a través de uno de sus tantos perfiles de internet y entonces todo cambió.
Esta escena tan repetida en los últimos días terminó, a partir del 19 de septiembre pasado, con el mito de que las redes sociales son sólo para chismes, agresiones y trivialidades, al usarse esas plataformas para ayudar a víctimas del sismo en el centro el país.
Facebook y Twitter fueron empleadas tanto por autoridades como ciudadanos para brindar información minuto a minuto de lo que ocurría en las zonas afectadas, principalmente en la Ciudad de México.
Las publicaciones en la web sirvieron para reportar puntos destruidos o de riesgo en los que se requería la presencia de los cuerpos de emergencia, material de ferretería y equipo de rescate, y permitió la rápida organización de voluntarios.
Las social media más famosas, incluidas Instagram, Snapchat y YouTube, se convirtieron prácticamente en videotecas y fototecas, archivo históricos abiertos a la consulta casi en tiempo real, un gran apoyo al momento de tomar decisiones.
Todas estas plataformas de internet, que se caracterizan por la interacción, han sido también herramientas para la búsqueda de personas, avisar de su desaparición y darles seguimiento, hasta que han sido encontradas.
Debido a que por horas falló la comunicación telefónica en regiones como la capital del país, no hubo otra forma de contactar a los seres queridos, cerca o a la distancia, por medio del Whatsapp, Zello o con mensajes directos en Facebook o Twitter.
Lo anterior dio gran tranquilidad a mucha gente que en minutos pudo establecer un diálogo con sus amigos o familiares, caso contrario a lo ocurrido con el temblor de 1985 en el entonces llamado Distrito Federal, cuando la angustia duró horas y hasta días para saber de alguien en particular.
Nunca como hoy compartir datos ha sido tan expedito y eficaz, gracias a las redes sociales. Así, se han dado a conocer en segundos medidas preventivas, teléfonos de emergencia, opciones de apoyo y atención, centros de acopio, por mencionar solo algunos ejemplos.
Incluso, firmas como Google facilitaron con su tecnología la creación de mapas de crisis, en los se pudo ubicar edificios colapsados o dañados, y se accedió a alertas SOS y localizador de personas.
En general, cada RT, Fav, like y post ha sido un instrumento de solidaridad, dejando de lado, aunque sea temporalmente, la mala fama que se han ganado los nuevos medios por los ciberdelitos que en ellos se cometen diariamente.