Por Ian Cavazos
A las 12:00 horas de hoy, miércoles 20 de enero de 2021, dos semanas después de los disturbios letales en el Capitolio a favor de Donald Trump y una pandemia que ha paralizado al mundo durante casi un año, Joseph Robinette Biden Jr. tomará posesión como el presidente 46 de Estados Unidos de América, y Kamala Harris como vicepresidenta y como primera mujer –y mujer negra y sur asiática– en ocupar el puesto más alto en el gobierno estadounidense.
La inauguración presidencial de este año se caracteriza por diferencias cruciales en su organización, permeada por un contexto distinto al de hace cuatro y ocho años, nuevamente con un sentir nacional polarizado: habrá 25,000 elementos de la Guardia Nacional en Washington D.C. para prevenir otro ataque por parte de simpatizantes de Trump, y las autoridades de D.C., Maryland y Virginia pidieron al público no asistir al evento y presenciarlo de forma virtual, para prevenir contagios de coronavirus.
El presidente en turno, Donald Trump, no asistirá a la toma de posesión de Biden-Harris, convirtiéndose en el cuarto presidente en no ir a una inauguración de su sucesor. Los tres anteriores fueron John Adams, en 1801; John Quincy Adams, en 1829 y Andrew Johnson, en 1869, informó Lara Brown, de la Universidad George Washington en una sesión de los Foreign Press Centers del Departamento de Estado.
El vicepresidente de la administración de Trump, Mike Pence, sí asistirá al evento, reportó NBC News. También se presentarán congresistas, expresidentes y la cantante Lady Gaga, quien entonará el himno nacional, y Jennifer Lopez, reportó People. El tema de este año es America United (América Unida).
Pero más allá del evento de hoy, ¿cómo ha sido la transición después de la elección de 2020 y qué representa la llegada de Biden-Harris?
El proceso de la transición, retrasado por Donald Trump
No, la transición no consiste solamente en una ceremonia donde Joe Biden y Kamala Harris emiten discursos y toman posesión de sus nuevos puestos.
En efecto, este evento es de carácter simbólico e implica que hay un cambio democrático, aunque el proceso, el cual consiste en que el nuevo presidente emita el juramento, se establece en la Constitución de Estados Unidos (Artículo II, Sección I, Cláusula 8).
Pero, en realidad, la transición estadounidense toma normalmente un total de 78 días –el plazo después de la elección y antes de la inauguración de enero. Cuando sale una administración y entra una nueva, debe haber un proceso de coordinación entre agencias y nuevos trabajadores de gobierno, entre otros agentes, para que el nuevo gobierno tenga la información necesaria.
Temas como el coronavirus, seguridad nacional, inteligencia y administración pública necesitan comunicarse y organizarse para que la nueva administración pueda gobernar de forma eficiente. Esto le cuesta al país millones de dólares, pues los trabajadores también necesitan oficinas y espacios.
Sin embargo, en la elección de 2020 nada fue usual. El presidente Donald Trump no concedió y continuamente sostuvo teorías falsas de que hubo un fraude masivo y la elección le fue robada.
Normalmente, el candidato perdedor reconoce su derrota la noche de la elección y el proceso de la transición puede comenzar. Pero esta vez, aunque el resultado se dio a conocer días después por los retrasos en los conteos debido a la pandemia, Trump no reconoció que perdió la elección.
Entonces, la transición fue “truncada”, dijo Martha Kumar, del White House Transition Project en una sesión con los Foreign Press Centers. El medio Vox explica que Trump retrasó este proceso tres semanas.
¿A qué se debe esto? Hay una agencia de gobierno, llamada General Services Administration (Administración de Servicios Generales, GSA en inglés), que tiene presupuesto autorizado por el Presidential Transition Act (Ley de Transición Presidencial) de 1963. Esta agencia proporciona recursos para el presidente electo, explicó Kumar, lo cual fue propuesto por el expresidente John F. Kennedy.
Sin embargo, la Casa Blanca debe estar de acuerdo en quién es el presidente electo, que será apoyado por la GSA, de acuerdo con Vox. Trump no reconoció que Biden lo fuera, pero tres semanas después, él sí permitió que iniciara el proceso de transición, aunque sin mencionarlo expresamente como el ganador.
A esto se le llama un “ascertainment”, o determinación, cuando la GSA “determina el candidato aparentemente exitoso una vez que el ganador es claro basándose en el proceso establecido en la Constitución”, como detalla su sitio.
A pregunta expresa de Verificado-Conexión Migrante, Kumar considera que a la ley de transición se le dará una perspectiva distinta después de esta elección, particularmente, en materia de hacer la determinación un proceso más sencillo en la ley, y no con acuerdos tácitos en los que un presidente en funciones facilite el proceso.
¿Cuánto se retrasó el gobierno?
Martha Kumar explicó que el personal de Biden-Harris se quejó por tener poco acceso a información sobre el coronavirus, que proviene desde el Departamento de Defensa, porque cambió la administración de esta agencia.
Otro retraso fue desde la Agencia de Protección Ambiental y en el área de seguridad nacional.
“La del Departamento de Defensa fue particularmente importante debido a todas las acciones que la administración estaba tomando; estaba haciendo verdaderas reducciones en Afganistán, Irak, Somalia y ellos querían saber más al respecto.
“Por eso creo que en el ámbito de la seguridad nacional (Biden-Harris) recibieron menos información que en administraciones anteriores”, sentenció Kumar.
Aunque hubo retrasos específicos que pueden tener repercusión en cómo se lucha contra la pandemia, Martha Kumar considera que Biden ha estado bien preparado, aunque haya información ausente.
¿Qué implica la llegada del nuevo gobierno?
El primer día de Joe Biden como presidente estará marcado por Órdenes Ejecutivas.
Por ejemplo, CNN reportó que Estados Unidos se unirá nuevamente al Acuerdo de París, relacionado con el cambio climático, el cual fue duramente criticado por Donald Trump. De hecho, Estados Unidos se retiró de éste en su administración.
Además, Biden también firmaría para terminar con la prohibición de viaje de personas de algunos países musulmanes, otra medida polémica de la administración de Trump.
Los temas prioritarios de la nueva agenda de la administración entrante, afirmó Kumar, es la pandemia, la injusticia racial y el cambio climático.
Además, PBS Newshour informó que Biden propondrá un camino para que 11 millones de migrantes obtengan ciudadanía.
La administración de Barack Obama, cuando Joe Biden era vicepresidente, también intentó regularizar la situación migratoria de personas con una reforma de Inmigración Comprensiva, pero no tuvo éxito en el Congreso. Biden mencionó en el segundo debate que fue un error no concretar la reforma.
El Frente Nacional de Inmigrantes criticó en entrevista la falta de atención al tema por parte de Obama durante sus primeros años en el poder, como fue publicado por Verificado-Conexión Migrante.