Con Nosotras
Por Rocío Salazar y Lula Montes*
Como mujeres, crecemos creyendo que ciertos espacios no son para nosotras, estas ideas son replicadas cuando entramos al espacio laboral y cuando nuestros jefes cuestionan al doble nuestras propuestas y experiencias.
El Congreso de Nuevo León continúa con esta narrativa: se optó por ignorar la urgencia de reformar las leyes locales en materia de paridad cuando a nivel nacional ya se habían aprobado, se continúa dudando de las mujeres.
Las y los legisladores no hicieron su trabajo, pero eso no impide que los y las presidentas municipales junto con el gobernador comiencen a trabajar por integrar gabinetes paritarios, es decir, existen responsabilidades para el poder ejecutivo ya vigentes.
De acuerdo con los cambios hechos al artículo 41 de la Constitución, las secretarías de los gobiernos estatales y municipales, así como sus organismos autónomos, deberán conformarse en paridad de género, 50% hombres y 50% mujeres. Tales cambios deberán ser aplicados de forma progresiva a partir de las nuevas designaciones y nombramientos.
Y no, no hay fecha, consecuencias o métodos para vigilar el cumplimiento de este artículo, pero la responsabilidad debería existir. Esto significa que desde el 06 de junio de 2019, los gobiernos ejecutivos debieron procurar el aumento en el porcentaje de mujeres que conforman sus gabinetes.
Al no haber consecuencias (aún) por incumplir el principio de paridad pondrá a prueba el compromiso de las y los responsables de hacer nombramientos y designaciones al interior de la administración pública de Nuevo León.
Los siguientes meses serán la prueba de fuego que nos permitirá comprobar cuál es el compromiso de las y los titulares del poder ejecutivo de Nuevo León.
Tomando en consideración que se acercan las elecciones, en estos últimos meses del año se darán múltiples renuncias y solicitudes de licencias en todos los municipios, debido a que las y los servidores públicos buscarán separarse de sus cargos para contender.
Esto dejará vacantes interinas, y quienes tengan la responsabilidad de realizar estos nombramientos tendrán la oportunidad de cubrir los cargos con mujeres.
Es decir, se abrirá la posibilidad de los gobernantes actuales para demostrar si, a diferencia del congreso, están comprometidos con las mujeres y que entienden la necesidad de tenerlas en el gobierno.
De igual forma, quienes ganen las elecciones en 2021 tendrían que cumplir con el principio de paridad, por lo que vendría bien que desde las campañas electorales integren en sus equipos a las mujeres y que, de ganar la elección, se comprometan a conformar gabinetes paritarios.
Seguramente existirá el argumento de que no existen mujeres capaces para dichos puestos, o que actualmente no hay mujeres ocupando mandos medios en esas áreas que pudieran ascender.
Ahí nace un círculo vicioso. Para que existan mujeres expertas en políticas públicas de seguridad, tesorería, desarrollo social, etc., es necesario que los gobiernos municipales y el gobierno estatal comiencen a dar herramientas para que hombres y mujeres desarrollen sus capacidades por igual, y garantizar que asciendan en su carrera de forma igualitaria.
No basta con creer que mágicamente encontrarán mujeres expertas y perfectas para cada de una de las secretarías, si nunca se han dado a la tarea de asegurarse que tengan acceso a la misma educación, experiencia laboral y capacidad de crecimiento que tienen los hombres.
De igual forma, ¿cómo esperar que lleguen mujeres a dichas convocatorias, si no existe un esfuerzo eficaz por encontrarlas? Nos quedamos con los mismos políticos reciclados de siempre, gobierno tras gobierno.
Por eso, si al momento de revisar perfiles para nombramientos o designaciones los de los hombres son mejores que los de las mujeres, no se equivoquen y caigan en la falacia de que es porque no existen mujeres capaces o que porque los hombres tienen una mayor capacidad.
En Nuevo León hay mujeres capaces, inteligentes, fuertes y que logran cualquier meta que se propongan. Las conocemos, crecimos juntas, algunas son nuestras mentoras y maestras, las vemos en las noticias, en empresas y gobierno.
Sin embargo, en un estado en el que sólo un municipio tiene un gabinete paritario (San Pedro), y que el gobernador tiene a una sola mujer secretaria, queda claro que como neoloneses las ignoramos, no las dejamos crecer o las arrinconamos a las tareas de cuidado y la maternidad.
También parece ser que las juzgamos con una vara más alta que a los hombres: ¿por qué nadie los cuestiona sobre qué tan capaces, expertos o buenos en su trabajo son? ¿por qué normalizamos la falta de mujeres en puestos de liderazgo?
Los próximos meses debemos ser vigilantes, porque ahora le toca al poder ejecutivo cumplir con lo que por ley ya nos pertenece.
Probablemente algunos alcaldes y alcaldesas y próximos candidatos y candidatas ni siquiera se han enterado de esta responsabilidad legal, y será nuestra labor exigirles que comiencen a garantizar paridad en los gobiernos municipales y en el gobierno estatal.
Sin paridad en los nombramientos y designaciones de los gobiernos locales, seguirá siendo extremadamente difícil representar los intereses y las necesidades de las mujeres en el gobierno.
Necesitamos mujeres en tomas de decisiones YA, no cuando el congreso quiera, no solo como promesa de campaña ni como compromiso al aire. Aquellos que nos ignoren no obtendrán nuestros votos, y no nos detendremos hasta garantizar nuestro derecho a gobernar.
Rocío Salazar, feminista, licenciada en Ciencia Política por el Tec de Mty, consultora política e integrante del colectivo Derecho A Gobernar.
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