Por Deyra Guerrero
En torno a los asesinatos de periodistas existen tres mitos que muchas veces son las mismas autoridades quienes se encargan de difundirlos, por lo que aclararlos las veces que sea necesario es una obligación de todos.
1.- “Andaban en malos pasos”
Con demasiada frecuencia la respuesta del gobierno a las agresiones contra los periodistas en México es que eran corruptos, abusivos o «andaban en malos pasos», según apunta InSight Crime en un análisis.
Cuando surge este señalamiento es porque ha sido sugerido por funcionarios locales en las primeras declaraciones que ofrecen, tras un caso en el que un comunicador ha sido atacado.
En los últimos 17 años han sido asesinados 111 periodistas en el país, 38 durante el mandato del Presidente Enrique Peña Nieto, 11 en lo que va del año. En general, las averiguaciones apuntan a que se les arrebató la vida por causas relacionadas con su trabajo.
No existen pruebas de que las víctimas tuvieran nexos con la delincuencia organizada o con alguna red de corrupción del sector público o privado, y, por el contrario, sí hay elementos que confirman que la mayoría investigaban este tipo de temas.
Por lo tanto, esta primera afirmación es falsa.
2.- “Murieron por arriesgarse de más”
Es mentira que los comunicadores en el país se sometan a sí mismos a un peligro innecesario, sino que las condiciones en México son las que han hecho del periodismo una profesión de alto riesgo, coinciden organizaciones como Artículo 19 y Reporteros sin Fronteras (RSF)
La inseguridad, una deficiente impartición de justicia, una democracia acotada, pero sobre toda la impunidad, son factores que expertos han mencionado como parte de este contexto adverso.
Si bien existe una fiscalía especializada para la protección de periodistas, el organismo gubernamental ha reconocido que están sin resolver el 99 % de los casos de homicidios de personas que laboraban en medios de comunicación.
RSF evaluó el ejercicio del periodismo en 180 territorios y México se ubicó en la posición 147, por detrás de naciones como Siria y Afganistán, que tiene un conflicto armado vigente.
3.- “Asesinan a todos tipo de profesionistas, no hay que hacer tanto escándalo”
No hay trabajo insignificante, pero es una premisa aceptada en todo el mundo que quien actúa en contra de un periodista intenta acallar una verdad a la que los ciudadanos deberían tener acceso.
La tarea de la prensa en sus distintas plataformas es clave en cualquier sociedad democrática, asegura la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Derivado de los constantes ataques a los comunicadores, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) ha concluido que la República Mexicana atraviesa por una profunda crisis de la libertad de expresión, derecho humano universal.
Así, aunque es claro que la vida de todo individuo vale por igual, también es indudable la trascendencia de quien realiza una actividad periodística, por lo que ningún nivel de indignación podría catalogarse como exagerado.
Además de que los 111 que han sido asesinados desde el 2000, hay por lo menos 25 periodistas desaparecidos. En memoria de todos ellos, más allá del mito, hay que romper con la indiferencia y el silencio.
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