Especial
Circula un un texto en redes sociales en el que se afirma que “los taninos del vino previenen y controlan la COVID-19”.
El mensaje señala que “Una investigación liderada por el biólogo molecular estadounidense de origen taiwanés, Mien-Chie Hung, concluyó que los taninos de la uva y también de otros vegetales como los plátanos, el sorgo y la soya pueden ayudar a combatir la COVID-19 al inhibir eficazmente la actividad de dos enzimas clave dentro del virus”.
En los últimos días este mensaje fue replicado en medios como TV Azteca, en los que se cita la misma investigación y se habla de los supuestos beneficios del vino frente a la enfermedad causada por el coronavirus. En uno de ellos se asegura que se encontró una sustancia “protectora» contra la COVID-19. Dicha publicación se ha compartido más de 27 mil veces.
No obstante, el mencionado estudio solo se ha realizado ‘in vitro’ y aún no hay evidencias científicas que prueben que los taninos o los alimentos ricos en esta sustancia sean eficaces contra la COVID-19 en personas.
Covid y taninos: ¿Qué son?
En entrevista para Newtral.es, el profesor del Departamento de Biología y Geología de la Universidad de Almería Tomás Francisco Martínez Moya, quien realizó su tesis doctoral sobre los taninos, explicó que estos son “un grupo complejo de sustancias químicas de origen vegetal cuya principal función en las plantas que lo sintetizan es actuar como defensa química ante los herbívoros y los insectos fitófagos”.
Algunos alimentos como las uvas y, por extensión, el vino, “son ricos en taninos”, añade el investigador.
Martínez Moya también precisa que el ácido tánico es “un tipo de taninos”. En la investigación a la que se hace referencia en el contenido que estamos verificando, publicada el pasado mes de diciembre en la revista ‘American Journal of Cancer Research’, se analiza ‘in vitro’ si el ácido tánico “suprime la entrada del virus en las células”.
Los investigadores señalan que, según sus resultados, “el ácido tánico tiene un alto potencial de desarrollo de terapias anti COVID-19 como un potente inhibidor de dos enzimas independientes esenciales para la infección del SARS-CoV-2”.
No obstante, estos resultados se han obtenido en experimentos en laboratorio y no en personas. Es decir, todavía no hay evidencias de que los taninos o los productos que los contienen tengan eficacia frente a la COVID-19 en humanos.
Martínez Moya destaca que hay que tener “prudencia frente a estos resultados” de laboratorio, porque aún estamos a “años luz” de saber si realmente tienen efectos contra el coronavirus en personas. “El proceso desde un descubrimiento ‘in vitro’ a un posible uso clínico en personas es arduo y larguísimo y no hay garantías de que vaya a ser eficaz”, sostiene.
El alcohol no es bueno para la salud, según las autoridades sanitarias
En diversas páginas web sobre vino se han publicado contenidos sobre esta investigación en los que se plantea una supuesta relación entre el vino y la prevención o curación de los efectos de la COVID-19.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerdan que “ningún alimento impide contraer la COVID-19”. Además, en un informe publicado por este organismo internacional sobre la COVID-19 se desmiente que “el alcohol (cerveza, vino, licores destilados o alcohol de hierbas) estimule la inmunidad y la resistencia frente al virus” y se destaca que “el alcohol tiene un efecto nocivo sobre el sistema inmunitario y no estimula la inmunidad ni la resistencia a los virus”.
Martínez Moya recuerda además que no hay que tomar “el todo por la parte”. Es decir, “una sustancia no es una molécula concreta, por lo que cuando pensamos en el vino no solo hay que valorar sus taninos sino también el resto de componentes, algunos de los cuales, como el alcohol, no son beneficiosos para el organismo”.
Desde Verificado ya hemos hablado anteriormente de las falsas creencias sobre los efectos del vino en la salud. Aunque cada cierto tiempo se publican nuevos artículos que afirman, por ejemplo, que beber una copa al día es saludable o que el vino alivia problemas respiratorios, desde la OMS recuerdan que “el consumo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos”.
Los supuestos beneficios del vino se asocian a uno de sus componentes, los polifenoles, a los cuales pertenece el resveratrol. “En principio, el resveratrol es una sustancia saludable que se ha asociado con una reducción de la inflamación relacionada con la aterosclerosis”, explica a Newtral.es el doctor Alfonso Valle, vocal de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), quien insiste en que hay que diferenciar entre el resveratrol, una sola sustancia, y el vino, un producto con más componentes.
La nutricionista y divulgadora científica Beatriz Robles también recuerda que “frente a los potenciales efectos beneficiosos, sobre los que no hay evidencias científicas, tenemos la certeza de que el consumo de alcohol es perjudicial”.
La Unión Europea también advierte que “un consumo moderado de alcohol aumenta el riesgo a largo plazo de sufrir cardiopatías, enfermedades hepáticas y cáncer”.
Desde la OMS recomiendan “tener cuidado con las afirmaciones falsas y engañosas, especialmente en relación con los efectos del alcohol sobre la salud y la inmunidad. Tales afirmaciones deben descartarse categóricamente como fuente de información sobre la salud, ya que no hay pruebas de que el consumo de alcohol ofrezca ninguna protección contra la COVID-19 o tenga un efecto positivo en el curso y los resultados de cualquier enfermedad infecciosa”.
Esta nota fue publicada originalmente por Newtral.Es